2/12/12

Portada de la revista "granizolunar" número 3, HUAMACHUCO - La Libertad -Perú




                                Aquí les dejamos algunos de los textos incluidos en la revista:


(Poemas)

Mahatma
Por Bladimir Padilla

Habrá reposo en tus cielados ojos
y no tendré miedo
cuando la noche asome su calavera de tiempo,
porque me cogeré de tus manos
y habrá fiesta de selva.

Me colgaré de tus labios
como de árboles de azúcar
y seremos niños en el hola y en el beso.

No importa que hitlereen nuestros deseos
y haya una guerra mundial en nuestro encuentro;
pues te miraré a los ojos
para usar esa coraza que nos cuida del tiempo
y huiremos en el arca de todo este diluvio.

Habrá poesía rondando tus oídos.
Sonreirás.
La noche se habrá ido
el tiempo habrá roto su único reloj,
solamente quedará un espacio
prolongando un hola, secuestrando este adiós.
¿Verdad Amor?



Inerte
Por Rosario Briceño

Vivir una hora sabiendo que son sesenta minutos sin ti.
A veces el silencio no es un buen consejero.
Matar el tiempo contando los botones de mi blusa
mientras no tengo más excusa que vivir por mí.
Los modales y la ética no saben sufrir.
Tú conseguiste lo que tres libros de Filosofía
no pudieron hacer en mí
te amo, te amo, te amo
blanco, celeste, azul.

Sin oír el ruido de motores,
con el corazón latiendo en mi pecho, solo en mi pecho,
olvidé la historia que contaré a mis nietos.
Gasté todas mis fuerzas en pensar,
¿cuesta mucho sabes?
al fin de cuentas paso más tiempo extrañándote
con mi mente en Júpiter y mi cuerpo tan solo,
tu amor hace de él lo que quiere
y hoy que ya no siento ¡no le tengo miedo!
Una piedra, una piedra.
Hey, no permitas que me quede así,
si mi vida eres tú y estás lejos,
no soy más que 42 kilos de cemento
te amo, te amo, te amo
negro, gris, negro.



(Cuentos)
EL CAPITÁN Y SU NAVEPor Walter Toscano

La marea alta ubicó al Capitán y su nave en las nubes. Del cielo cayeron gotas azules y rojas. Apareció el arco iris. Por allí bajaron el Capitán y su nave convertidos en colores.


ESPEJO
Por Paul Quispe

Al pasar frente al espejo vio sus tres lunares —pobre sistema planetario facial— tornar montículos en su rostro. Se acercó, inquieto, para observar el tono de grises. Algo lo atrajo más de lo debido y al atravesar el vidrio pudo ver a los turistas que, en extrema quietud, embelesados, observaban la imagen de la pintura en el cuadro que sin duda bella, estética, renacentista, atrapada, con algo símil a tres manchas en la cara, no se movería jamás.

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(Artículo literario)
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TIEMPO Y ARTE
Por Carlos Alva Diaz

El tiempo como categoría suele ser analizada en cuanto a su objetividad, es decir a ese tiempo que tiene su objetivación más específica en aquel aparato cuasimágico llamado reloj que acompaña al hombre desde su lejana historia. Este tiempo que genera calurosas discusiones acerca de su origen, su naturaleza, su finitud o infinitud; tanto entre físicos o filósofos, cuya importancia práctica es innegable, en el campo de las ciencias y mucho más allá, en el campo de la vida misma. A este tiempo se refería Ernesto Sábato con cierto desagrado denominándolo “tiempo alienante” puesto que él consideraba que éste determinaba nuestra vida diaria, despertamos a las seis por causa del ruidoso despertador, variedad dolorosa del reloj, comemos cuando nos dicta la una, dormimos si nos dan las diez o las doce. Pareciese ser que Sábato notó que las necesidades humanas ya no están en función de los procesos fisiológicos propios sino en relación con tic-tac del reloj. Sin embargo unilaterizaríamos esta categoría culpándola de alienante en sí misma cuando en realidad ésta se materializa en la movilización de los sucesos, entonces serían estos sucesos los alienados. Rescatamos entonces la crítica a tales sucesos desde la perspectiva de Charles Chaplin, cuando reconoce en el industrialismo mecanizante el culpable de tal alineación.
Sin embargo también encontramos entre las representaciones artísticas otra perspectiva de esta categoría, es el tiempo en cuanto a su sensación, que parece diferenciarse de aquel entender racional del tiempo objetivo. Esta sensación del tiempo depende de la percepción personal y se manifiesta cuando tomamos conciencia de él y lo comparamos al cronométrico, para algunos pasan minutos cuando en realidad pasan horas, para otros horas cuando sólo fueron minutos. Más aún esta sensación particular del tiempo nos posibilita a lo que nos está impedido por las leyes físicas, recrear situaciones pasadas en un presente físico para aventurarnos en un futuro posible. Esta sensación del tiempo, es tiempo como experiencia, como algo vivido, en esta sensación se puede traer del pasado un recuerdo y vivirlo en un presente sin distinción objetiva de ambos sucesos temporales en un punto sin dimensión. Quién no se ha maravillado con las reflexiones de Johnny Cárter en El perseguidor, de Cortázar: “…que todo temblaba alrededor, que no había más que fijarse un poco, sentirse un poco, callarse un poco, para descubrir los agujeros. En la puerta, en la cama: agujeros. En la mano, en el diario, en el tiempo, en el aire: todo lleno de agujeros…”.
La importancia de estas dos modos en que se manifiesta el tiempo ha sido recogida por la literatura, que muchas veces nos ubica en un contexto literario que obedece a la correspondencia objetiva de espacio y tiempo, es el tiempo en que se van desarrollando los sucesos que envuelven a los personajes, pero a través de estos personajes también nos muestran al tiempo como sensación, en el devenir de los actos y reflexiones de aquellos. Pero estos dos modos temporales ya no se suceden aislados uno del otro, sino que se fusionan en la narración y se confunden de tal manera que origina un tercer modo del tiempo, es el tiempo literario. Es la fabulosa magia de la narración literaria que nos sumerge en un espacio temporal y nos afilia al existir de los personajes literarios, y son éstos los que nos transportan al futuro evocando un pasado como en las narraciones mágico-realistas de “Los Buendía” cuando ... “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía habría de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevo a conocer el hielo”.... es entonces como la literatura a través de sus personajes nos permiten vagar a través de los diferentes tiempos, sin plena conciencia de ello, pero con la certera sensación de que es posible hacerlo. El tiempo literario es la capacidad de jugar con el tiempo, de recrearlo, de superarlo; siempre que seamos capaces de arriesgarnos a imaginarnos en nuestros personajes. Terminaré entonces citando a Albert Einsten, que al parecer supo entender a grandeza del arte al afirmar que: “en los momentos de crisis solo la imaginación es más importante que el conocimiento”.
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Créditos:
1.- La pintura de la portada: "El equilibrista de la rosa y la mujer mariposa" es de Walter Toscano; él también ilustra los interiores de la revista.
2.- Esta publicación tiene 54 páginas. Publican en este número:
Lucio Flores Prado
Gerson Ramírez Ávila
Walter Toscano
Paul Quispe
Christian Ahumada Heredia
Javier Vilchez Juarez
Luis Miguel Armas Moreno
Bladimir Padilla
Rosario Briceño
Henry Córdova Bran
Abel Flores Quispe
Bander Baca Torres
Pedro Monzón Mauricio
Valerio Narváez Polo
Daygo Contreras
Jorge Baltazar
Markos Benjamín Martell Mendez
Carlos Alva
Blasco Bazán Vera
Aristóteles Cruz Ledesma
Luis Peña Rebaza

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