Apogeo Editorial presenta Amores Tontos del joven escritor Jorge Ureta, periodista, escritor,
docente. Antes nos entregó el libro de poesía “La Fuerza Equivocada” (2012). En
esta ocasión se lanza como narrador. Nueve cuentos de distintos puntos de vista
que el lector podrá apreciar. Una primera historia bastante loco hasta
irracional pero a su estilo “La historia de los niños impúdicos”, una
conjunción de sueños entre la política, de quienes deberían tener el poder en
este caso los niños (se trabaja a la inocencia), una revolución pasiva y una
historia paralela de sensualidad-erotismo.“Dos crónicas de un solo autor”, el
amor y el recuerdo siempre estarán entre nosotros, el olvido tal vez más
doloroso o las palabras que no salieron en el momento oportuno…todo queda ahí. Hay historias que tal vez sean conocidas para
nosotros, porque algo de eso hemos encontrado en este duro camino del amor y la
vida misma. Jorge Ureta promete más
libros, esperemos; luego juzgaremos si continuamos siendo tontos, “sólo por el
hecho de amar”.
(William Gonzales P)
(William Gonzales P)
(Carta encontrada de una NIÑA impúdica)
“Y empecé a jugar con los autos…y entendí que no sólo el mundo podía explotar
-Daniel Maguiña-”
Vacilante levantaste la mirada y te encontraste con un cielo limpio. Temeroso alzaste los brazos y te hallaste con un aire puro. Receloso soltaste algunas palabras y no recibiste los palazos acostumbrados. Caminaste once pasos, luego dos; recuperaste la autoestima. Llegaste a casa, la encontraste en polvo oscuro; no lloraste. Buscaste a tus amigos, tus familiares, tu amada, tus animales; encontraste a la mitad, no temblaste. Escuchaste encenderse una radio, una voz mezclada con llanto mencionaba tu nombre y de muchos más compatriotas. Entendiste por fin lo que sucedía. Volviste tu rostro a los que te acompañaban. Miraste dentro de tu corazón, te sentiste sin ningún peso. Viste un portal extraño, a través de este se veía al resto de tus compatriotas felices. La dictadura había concluido, tú habías caído, otros sobrevivieron, la democracia había vencido; tu espíritu reposó por fin en paz…como el mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario