7/7/14

ERICK SARMIENTO. Poesía de: Eslefánica





ERICK SARMIENTO Licenciado de Ciencias de la Comunicación, Gestor Cultural y dirige la Asociación Cultural Colectivo Sur-real. Publico su poemario Eslefànica (paracaídas editores 2013). Ha participado en festivales de poesía y feria de libros. Sus poemas aparecen en páginas literarias. Fue parte de la muestra colectiva de artistas visuales “De la metáfora y el laberinto 2012”. Es organizador del Festival literario y arte visual “En los Extramuros del Mundo” (Cañete) y el Festival afroperuano “Kutukà” (San Vicente de Cañete). Difusor y recopilador de las manifestaciones afroperuanas.


Selección por Gladys Mendía del libro Eslefánica



Aquí


Un silencio plasmado
una palabra tuya
y ya todo es hermoso.


Desde la humedad de tu piel



Despierta
y dime sino fue la primera vez:
          En que volvería
          estiraría los brazos
          y te remendaría con ideas
Una, otra y otras puertas
Las he abierto preguntándome:
¿Cómo lo haces?
—si un niño camina en los tablones del aire
Y su voz no retumba tu rostro.
          Ni las historias detenidas donde
                  nos asegurábamos de no devolver al tiempo
                             su lenguaje extinto y sus caricias atadas.

ERA.
Escribir, re describir:
Las tempestades escénicas de los olores.
La estructura pegajosa de tus huesos.
            Y el melodioso tartamudeo
           como brisa arrulladora
           se destejía en los algodonales.

           Con enigmas atadas a mis piernas.
Naufragando en un mundo de esquinas.
           Y al otro lado:

Nos seguían abandonando.
Con estruendo clamor en tus mejillas
labios cenizos emanaban.
        Dios te salve María
        Llena eres de gracias…
              ERICK
            ¡ERICK!

Manantiales esforosos de sus recuerdos
           volvían al infinito



Algo más


Guarda el cajón: para las seis,
para las ocho… con todo el llanto.

Y sigamos jugando a lo mismo:
A SONREÍR. A despertarnos
de noche o de día, es lo mismo:
las tonalidades, los horarios, el vacío,
y todo es nuestro.

Repacemos el abecedario:
La letra A se parece a la C, la Z a la K
y pongámosle punto a este silencio
y firmemos lo que nos digan.

3:42am: mamá aún sigue recogiendo más botellas.


Inercia congelada bajo luz

Antes de
              la humedad
                               el silencio
                                              los abismos inconclusos

La hice de los años más ocultos
donde los sonidos del alba
no se desclavaban de las verdades de uno mismo
ni se amontonaban en un abrazo:

Solo peloteaba
             dormía
                        y soñaba en mi barco de papel:
Sin contemplarlas.

6:00 am– medio día – 6:00 pm.

Y en la agonía de no sentirla, aclamarla…
la yema de los dedos lo era todo:
«en su transferencia de universo a vida».



Escondite perfecto


Avanza de a uno con tus hermanos
           no digas nada
           ¡Escóndete!
           ¡Escóndete!

Una voz visceral me decía.

1957: La frialdad no arrancó
la costilla embrionaria…

Y los sonidos de los claxon, los vasos
y la vieja escoba:
Nos despertaba a las tres de la mañana
Escuchando…

LA BELLA MÚSICA DE UNA MARIPOSA
              NOS ESCONDIMOS


Kutukà


                           Unidos al legado

Mati sigue heredando los contornos infantiles de su madre.

Y retumban los cañaverales con todas sus voces:
DESEO / LABIO SUDOROSO – DIABLO SIN CERROJO.

¡Y retumba!
Descalzo espanto.

¡Y retumba!
Nudillos de laja.

¡Y retumbaa!
           Ah zapatear
                              zapatear
                                            zapatear...

Me seguía diciendo. Y Yo
solo buscaba un nombre
Irene = voz apropiada al mando de este poema.

Y jugábamos en pleno delirio
desnudando la lengua dentro de su boca.
¡Dormíamos!

—Hurtando semillas eslefànicas de algunos cadáveres.

—Intentando arrancar las edades de las paredes.

¡Volvía!

...al cordón umbilical de mi madre.

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Junto al autor de: Eslefánica  (Intercambiando libros)

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