18/7/09

El ùltimo viaje de Camilo -- Miguel Ildefonso

Nuevos viajes por J.C. Gambirazio.

Publicado por Editorial Norma.

La obra se presenta este 23 a las 7 p.m. en la Feria del Libro.

NUEVOS VIAJES

Por Juan Carlos Gambirazio
Delirio, sueño y vigilia en El Último Viaje de Camilo, de Miguel Ildefonso, donde aborda temas recurrentes en la historia de la sociedad latinoamericana.

Escritor Miguel Ildefonso.

En El Último Viaje de Camilo, un estudiante radicado en Estados Unidos va tras los misteriosos pasos de un peruano perdido. Miguel Ildefonso asegura que con esta novela cierra un ciclo que iniciara con El Paso y Hotel Lima, ingresando a un periodo de obras que abordarán temas menos biográficos.

– ¿Cuándo surge El Último Viaje de Camilo?

– Muchos textos son antiguos, algunos de los 90 y otros de inicios del 2000, básicamente lo que hice fue corregir. Las historias que se cuentan tratan de esas dos épocas y los textos reales son de esos tiempos. Es producto de los dos libros precedentes, por eso el nombre, pues cierro lo que venía preparando anteriormente, trato de darle un cierre al sentido de las historias anteriores, que el lector entienda la paradoja de estos personajes.

– Hay alusiones a personajes conocidos, como Borges.– Siempre menciono a personajes de ese tipo, a los que quisiera confrontar. A pesar de que tal vez Borges no está en su territorio, intento darle un sentido, llevarlo a otro contexto. Uno se imagina a Borges en bibliotecas, dando conferencias, yo busco sacarlo a un terreno urbano o bohemio.

– En la obra no existen descripciones propiamente dichas.

– Sí, fue algo riesgoso. Es un libro armado con los textos de los personajes y mediante lo que ellos dicen se describen a sí mismos. Tal vez los personajes no están muy delineados, juego mucho con los clichés, trato de explotar lo que está en la mentalidad colectiva de la lectura.

– ¿Es un cliché que las grandes luminarias tengan una vida efímera?

– Es como una metáfora, el libro también pretende ser reflejo de eso, es producto de retazos de versiones de uno y de otro, exageradas, delirantes. Trato como metáfora la muerte de personas relativamente jóvenes como Vallejo, Mariátegui y Heraud; que de algún modo son como el Perú en el que cualquier cosa que se está haciendo muere rápido o degenera pronto. Ese es para mí un tema central del libro.

– ¿Hay obras que quieres más que otras?

– La que para mí puede ser la mejor de mis obras puede no gustarle a nadie. El arte es así, por ejemplo Calamaro puede hacer muchas canciones de la misma calidad y de vez en cuando sacar un tema como Flaca para vacilarse, pero ya conoces su corazón y lo ves como único. La cosa es ser honesto con uno mismo, con tu imperfección, con tu locura, no traicionarte.

– ¿Es el Perú un país hecho de nostalgias?

– Claro, de frustraciones, se engrandece el pasado de tal manera que pareciera servirnos para frustrarnos más. Siempre que pienso en colectividad pienso en el Perú, en por qué es así. Existe una mentalidad colonial, falta de democracia, los ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría, por eso se repiten los mismos problemas. El arte es el espíritu de una nación y muchas veces se le quiere ocultar porque interfiere.

Jueves, 16 de julio de 2009.Edición Nº 2087

Fuente:Revista “Caretas”.