10/4/09

En el bosquecito infinito de Wilkesboro


Historias de U.S.A :
Miguel Ildefonso

Subject : Historias de U.S.A.
Date : Fri, 5 Apr 2002 12:59:03 -0600 (CST)

En el bosquecito infinito de Wilkesboro

Llevaba dos días sin salir. Hecho Sidartha decidí visitar a mis vecinos.

"Hey, Joe", los saludaba y ellos a mí: "ummmm". Yo era como un

tímido venado en medio de esas reses. Este lugar me parecía

Huaráz, la Suiza peruana, pero sin cordilleras andinas. Iba cantando

y el grass crujía bajo mis zapatillas. Como caperucita iba cantando

un viejo blues de Mississipi.

Cuando estaba a punto entonar un rap del Bronx vi

aparecer una linda muchacha pelirroja. "Hi!", me saludó. Yo creí

que era una visión mágica, pero no, llevaba días sin tomar

alcohol. "Hi", le respondí. Ella llevaba un vestido desteñido,

se apoyó en un árbol y me llamó con su mirada.

"What are you doing?", me preguntó. Y yo junto a ella,

le susurré: "I’m horny". Ella cerró sus ojos azules. Nos besamos.

Nos echamos en el grass y poco a poco nos desnudamos.
Mientras hacíamos el amor, las reses empezaron a

calentarse y al rato ellos también comenzaron a follar.

Los machos que sobraban, sin quitarnos la vista, locamente,

se masturbaban. Susy, así se llamaba aquella Hada del Bosque,

me decía con sus ojos desorbitados: "fuck me, fuck me!” 

Y más allá las reses repetían "me, me, meeeee!!!!” 

Cuando terminamos ella quedó exhausta con sus 

pezones rosados y duros mirando al cielo. Las reses también

terminaron lo suyo y volvieron a comer grass como si

 nada hubiera pasado." “What’s your name?”, preguntó. 

“I’m José Jose”, le dije. Nos vestíamos lentamente 

y de pronto ella exclamó: “My dady”. “My live”, 

le dije todo romántico.

Pero no era a mí, sino era que su papá venía. 

“Tú papá red neck!”, exclamé al ver a un enorme

 pelirrojo de cavernaria barba que bajaba de la montaña

con su escopeta.
Sin besito de despedida, me eché a correr, imaginando

mi cabeza colgada en la sala de la cabaña de Susy. 

Así llegué al centro de Wilkesboro, sin ánimos de 

volver a encerrarme como Sidartha en el departamento 

donde me hospedaba. Caminé hasta una casa de 

Alhoholics Anonymous, allí encontré a Félix, un chofer

de Trailer que me trajo hasta aquí, la biblioteca del 

condado, donde te escribo esto.

N.C., Wilkesboro, 5 de april, 2002.