23/1/11

Poesía .... Juan Cristobal


(4)

Mis nietos juegan en el parque

Las palomas

-esas mensajeras de la felicidad y el infortunio-

se les acercan

Silban

Susurran en sus oídos

Les picotean las manos

-¿conocerán de nuestro orgullo y nuestra ruina?-

cuando les entregan algo de pan

y les hacen ver lo mejor del horizonte

No se asustan

-antiguo se espantaban-

al contrario

buscan otros pasos

nuevas mariposas

viejas lagartijas

para conversarles de sus vuelos en el bosque

de sus siempre encantadoras alegrías

cuando miran los colegios

y ven niños jugar al olvido con sus sombras

No se dan cuenta

que el viento

y las aguas les sonríen

mientras casi desmayadas

por el ruido de los carros

zurean despacito

entre los milenarios cipreses de las calles

que cubren

como un espejo desolado

los techos viejos

la tristeza

y la soledad de las ciudades


Juan Cristobal


La Sonora del Ampara Prodigioso - Procesión - Perú



HOMENAJE -ARGUEDAS -- Por: Eva Velásquez


¿Hasta dónde entendí el socialismo? No lo sé bien. Pero no mató en mí lo mágico

José María Arguedas (1911 – 2011)

“...Yo no soy un aculturado; yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz habla en cristiano y en indio, en español y en quechua. Deseaba convertir esa realidad en lenguaje artístico y tal parece, según cierto consenso más o menos general, que lo he conseguido. Por eso recibo el premio Inca Garcilaso de la Vega con regocijo. Pero este discurso no estaría completo si no explicara que el ideal que intenté realizar, y que tal parece que alcancé hasta donde es posible, no lo habría logrado si no fuera por dos principios que alentaron mi trabajo desde el comienzo.

En la primera juventud estaba cargado de una gran rebeldía y de una gran impaciencia por luchar, por hacer algo. Las dos naciones de las que provenía estaban en conflicto: el universo se me mostraba encrespado de confusión, de promesas, de belleza más que deslumbrante, exigente.

Fue leyendo a Mariátegui y después a Lenin que encontré un orden permanente en las cosas; la teoría socialista no sólo dio un cauce a todo el porvenir sino a lo que había en mí de energía, le dio un destino y lo cargó aún más de fuerza por el mismo hecho de encauzarlo. ¿Hasta dónde entendí el socialismo? No lo sé bien. Pero no mató en mí lo mágico. No pretendí jamás ser un político ni me creí con aptitudes para practicar la disciplina de un partido, pero fue la ideología socialista y el estar cerca de los movimientos socialistas lo que dio dirección y permanencia, un claro destino a la energía que sentí desencadenarse durante la juventud.

El otro principio fue el de considerar siempre el Perú como una fuente infinita para la creación. Perfeccionar los medios de entender este país infinito mediante el conocimiento de todo cuanto se descubre en otros mundos. No, no hay país más diverso, más múltiple en variedad terrena y humana; todos los grados de calor y color, de amor y odio, de urdimbres y sutilezas, de símbolos utilizados e inspiradores...”.

(Fragmento del discurso leído al recibir el premio Inca Garcilaso de la Vega en octubre de 1968)

En este discurso se manifiesta el pensamiento político, social, su amor por lo autóctono, lo andino, el arte, la historia peruana entendida como una nación pluricultural y mestiza, del Amauta Arguedas.

El autor en la década del 60 vivió en la ciudad de Chimbote, en la época del boom pesquero, época de la migración provinciana al puerto, atraída por la ilusión de un mejor futuro para sus hijos gracias al trabajo generado por el auge pesquero. Su novela póstuma “El zorro de arriba y el zorro de abajo “expresa este contexto, su problemática, sus personajes, denominando a Chimbote “La Ciudad de todas las sangres”.

Tengo el honor de ser chimbotana, la tierra que acogió e inspiró al Amauta, por eso, en homenaje a él , a su compromiso y reivindicación del pueblo , voy a compartir con ustedes tres poemas de mi primer libro “Oleaje de Mujer”(2005) que hablan sobre el mar, la pesca, Chimbote.

FOTOGRAFÍA

Viento fuerza bolicheras

pelícanos cardumen riqueza

malecón cobrizo en fuga de sol

islas bordadas

eternidad.

OCASO

escucho el mar

donde la arena se extiende

junto al perfume naranja

del ocaso

del sol

MAR Y ACERO

A José María Arguedas.

el misterio bajó las escaleras

sus harapos lo encontraron

en el centro de la calle

lo envolvieron

con huesos de pobreza

que habían robado al hombre

en el acróstico

dibujado en el espejo

por sus insomnios de ojos entristecidos

que huían de su conciencia

como heridas negras

envueltas en sonidos de miseria

caminó y corrió buscando una utopía

que despierte sus jardines de grandeza

retornó llevando una ciudad

humedecida

apasionada

por el olor de la fortuna

que existía en un cristal

de

mar

y

acero.

¡GLORIA ETERNA AL AMAUTA JOSE MARIA ARGUEDAS!

Cordialmente, Eva Velásquez Lecca.

22/1/11

CONCIERTO DE ROCK POR LOS 100 AÑOS DE ARGUEDAS


SABADO 22 DE ENERO 2011




IN MEMORIAM. LUIS JAIME CISNEROS ---- Fue mi maestro


Mario Vargas Llosa
Escritor y Nobel de Literatura 2010

Fue mi maestro. Yo lo conocí como mi maestro, primero, en el año 1954. Fue mi profesor en San Marcos, en un curso de literatura española del Siglo de Oro. Y creo que entre todas las cosas que fue Luis Jaime, crítico, periodista, filólogo, lo más importante fue para él la de maestro. Creo que fue, sobre todo, un gran maestro por cuyas aulas pasaron miles de estudiantes de muchas generaciones y creo que todos lo recordamos con admiración y cariño. Era un magnífico profesor, riguroso y al mismo tiempo de un entusiasmo contagioso que nos descubrió a muchos, a mí, entre ellos, la maravilla de libros clásicos de los clásicos de la lengua. Por otra parte no era un presente un maestro encerrado a la universidad. Él abría su biblioteca particular a los alumnos, prestaba libros y hacía a veces en su casa tertulias para mí están muy vivas en la memoria. Era un guía generoso que ayudaba a los estudiantes.

También recuerdo haber trabajado con Luis Jaime, cuando yo era estudiante todavía, a finales de la dictadura de Odría. Él estaba vinculado al partido demócrata cristiano que se estaba formando en ese tiempo y fue director de un pequeño periódico que se llamaba Democracia, un pequeño semanario contra la dictadura en el que yo colaboré, de tal manera que tuve una relación bastante cercana con él. Después hemos sido muy amigos toda la vida.


Yo creo que entre todas las virtudes de Luis Jaime, además de las virtudes intelectuales, está la de haber sido una persona sumamente generosa, sin enemigos, que ayudó siempre en lo que pudo a los demás y que por eso es tan querido y admirado en todos los círculos, en todos los medios. Estoy seguro de que es una persona que será siempre recordada con gratitud y con cariño.


Era una persona muy digna, muy decente, siempre eso que antiguamente se llamaba un caballero, que tenía una conducta cívica, ética ejemplares, y creo que eso lo reconocen tirios y troyanos, una de esas personas que no tienen enemigos y que siempre fue muy respetado y muy querido porque aparte de sus méritos intelectuales, era un hombre bueno.


La República

11/1/11

Claudio Simiz


De Nugae y otros poemas (inédito)

Vida del hombre

A José en cincuentena.

I

La vida de un hombre

tiene un rumor parecido al de sus miedos

un diámetro algunos años luz más breve que sus sueños

un matiz donde luchan la dulzura el hedor de la rutina.

La vida de un hombre

queda casi siempre

a prudencial distancia del recuerdo

en sinuosa indulgente vecindad del olvido.

La vida de un hombre

es un racimo de días de la infancia

este vino añejado adulterado

cada noche

trago a trago.

II

Estamos preparados para la muerte

no para esperar la muerte

estamos pertrechados para la lucha

no para abandonar la lucha

nuestro oído creció para el fragor

no para el silencio.

Nunca seremos otra cosa que nuestra voz.

III

No

ni tus papeles

ni tus lágrimas

ni siquiera tu sangre tu semilla

no

otra cosa llevará tu nombre

cuando arrecie

cuando amaine

el furor de los días

Y no será tu fatiga

tu esperanza

tan rotundas

tan íntimas

no será la suma fortuita de los almanaques

no

Tu huella sin perímetro

sin hondura

sin dueño

será el aire

transitando tus horas

tus pulmones

tus calles.


De Tríadas, Amaru, 2009.

La piel

Solo una cosa tenemos para siempre:/las cicatrices de la verdad en nuestra piel./ Lo demás/ son los callos/ los guijarros del día/ erupciones de una pasión efímera/ escoriaciones de una pedrada cósmica que no supo esquivarnos./

El corazón es ciego y sordo/ late/ prefiere no saber nada/ late/ ignora sabiamente/ desde qué tarde le llegará tu ausencia/ a decirle “eso es todo”.

Memorial de Palestina, De las formas del ser

Gaza, diciembre de 2008


De pronto uno puede no existir/ mientras iza las velas de la furia/ y repite en voz alta salmos inmemoriales/ y planea cada paso/ cada tiro/ por enésima muerte/

De pronto/ un instante/ ahora por ejemplo/ uno puede no existir/ con toda la osamenta de un dinosaurio adentro/ y encima una coraza de bulldozer en ristre/ y unas alas flamígeras/ aceradas/ murciélagas/

De pronto uno puede ser el esqueleto/ de lo que fuera un templo/ el hueco donde hasta ayer correteaban los niños/ el agua la ambulancia/ que no llegó o que llegó a destiempo/

De pronto uno puede ser el polvo de sus propios zapatos/ y seguir marchando.

Claudio Simiz

Argentina

Mariana Bernárdez.



Ganar silencio en el exceso o en la ausencia

Aquietarse para vislumbrar el movimiento ligero

Rastro apenas logrado

cuando palpas la humedad de la tierra

para descubrir el abismo de adentro

Contener el cuerpo en su arrojo

aún de que la finura del aire

lo seduzca prometiéndole plumaje

Sentir los músculos en tensión

Saltar

Escuchar el chasquido de las pezuñas contra las piedras

el aliento entrecortado de la carrera

y la lanza en la diestra deslizándose en vuelo.

Mariana Bernárdez. Alguna vez el Ciervo. México: Editorial Praxis, 2010.



Ortografía y lenguaje


Por Luis Jaime Cisneros

Inicio el año hablando sobre el lenguaje, mi área de combate desde hace casi cerca de 90 años. Apenas observamos el lenguaje, advertimos su eficacia como instrumento de cohesión. Descubrimos su valor como consolidador de la vida civil no bien abrimos el periódico: la prensa, a través de la lengua, nos conecta con el mundo entero. Comprobamos su eficacia cuando, en el ejercicio diario, elevamos solicitudes, redactamos informes, preparamos manifiestos, protestas, adhesiones. Y lo volvemos a comprobar en el campo de la literatura, si nos entregamos sosegadamente a gozar algunas horas del ensayo, la novela o el cuento. Es decir, el lenguaje nos une a todos cuantos hablamos español, pues al oírnos y entendernos reconocemos que una vieja sangre nos respaldaba y aseguraba el perfil. Nos une, a través de infinitas traducciones, con todos los pueblos del mundo. Signo, pues, de cohesión, revela eficazmente nuestra voluntad de persistir y de comunicarnos. Por eso el primer síntoma de la soledad es la incomunicación.

Un maestro estará pensando que si no hablo de ortografía, no estoyhablando de lenguaje. Cuando decimos ortografía estamos mencionando ‘escritura correcta’. Aludimos al acierto en la acentuación, en la puntuación y en el esmerado uso de las letras-signos. Si escribimos sofa, en lugar de sofá, ciertamente no hay ortografía. Y no afirmaremos la existencia de ortografía mientras no están sustituidos los debidos acentos.

Cuántas veces nos acosan reclamándonos métodos que enseñen a adquirir ortografía. La respuesta no suele hacerse esperar: leer y leer constantemente, ejercitarse en el manejo del vocabulario. Porque para aprender a escribir con decoro las palabras debemos saber que tales palabras existen dispuestas para el uso, y conocer sus aptitudes de significación. Muchas veces la ortografía es culpable de que la gente tuerza el significado de las palabras. Vaya un ejemplo aleccionador. El diccionario nos ofrece acecho y asecho. Es decir, acecho con ‘c’ y asecho con ‘s’. Suenan igual. Lo repito: suenan igual, no hay distinción en la pronunciación de una u otra. Pero no dicen lo mismo. Acechar significa “observar, aguardar con algún propósito”. Asechar es, en cambio, “poner o armar asechanzas”. Y asechanza es “el engaño o artificio para hacer daño a otro”. O sea, acechar no aclara ni califica el propósito de quien observa; en cambio asechar anuncia el propósito de daño. Un simple cambio de letra puede, como se ve, alterar el sentido; era, por eso, cambio importante. Como estos, hay otros casos ilustrativos. Aquí tenemos acerbo y acervo.

Hay que insistir en una observación auditiva: suenan igual, de modo que nada contribuye el sonido a distinguir ni precisar el significado. Pero acerbo significa “áspero al gusto” y vale, en sentido figurado, por “cruel, riguroso, desapacible”. En cambio, acervo es “un montón de cosas menudas, como trigo, cebada, legumbres” y significa también “el haber que pertenece en común a los socios de una compañía civil o comercial”. Sería, pues, faltar el sentido y formular un disparate si escribiéramos una frase como la siguiente: “El carácter acervo de la niña era acechado por sus padres”. ¡Un disparate!

La ortografía, o sea la escritura correcta, evitará siempre que incurramos en escándalos de esta naturaleza, al tiempo que nos permitirá enriquecer nuestro vocabulario. Nuestra experiencia lingüística nos tiene acostumbrados a reaccionar con determinadas frases. Por eso no tenían sentido unos ejercicios acostumbrados en la escuela (los famosos percentiles), que eran una larga lista de palabras desvinculadas de toda asociación sintagmática. ¿Cuántas veces en la vida oral hemos usado la voz solipismo y cómo podemos asociarla a nuestra vida oral?

Leer y leer vuelve a ser el gran remedio. Necesitamos conocer el vocabulario elemental, con que nombramos cuanto nos circunda. Aprender ortografía obliga a incrementar el vocabulario. Las palabras constituyen nuestro punto de partida para la reflexión ortográfica. No hay ortografía sin vocabulario básico. Necesitamos conocer palabras y agruparlas dentro del mundo de intereses en que nos movemos.


Grupo La República


10/1/11

García pasa, Arguedas queda


Columna del Director

César Lévano
Razón Social


Este que empieza es de todas maneras el Año del Centenario de José María Arguedas. No lo dirán los membretes oficiales, pero constará en papeles ajenos a la inquisición gubernamental. JuanOssio, el ministro de Cultura, ha revelado que fue Alan García quien se opuso a que el 2011 lleve el nombre de Arguedas.

No me sorprende. Como se sabe, Mercedes Cabanillas, ex ministra de Educación, había buscado una coartada. Con el vicepresidente Luis Giampietri propuso que el año fuera el del Centenario del Primer Submarino Peruano. Cualquier cosa, menos Arguedas.

El hecho de que el presidente García consagre el año a la celebración del “descubrimiento” de Machu Picchu demuestra su ignorancia acerca de la realidad histórica de esa proeza pétrea, y de su revelación para el mundo.

El 28 de octubre último glosé un documento del ingeniero estadounidense Paolo Greert traducido por la revista El Antoniano, órgano de la Universidad Nacional del Cusco. El trabajo, titulado Machu Picchu antes de Bingham, incluso reproduce el primer mapa de Machu Picchu, trazado por el alemán Herman Göhring en 1874, un año antes del nacimiento de Bingham.

García postula que el descubrimiento ocurrió en 1911. En ese caso, los laureles corresponden al niño indio Pablito, que guió a Bingham hasta la ciudadela.

No nos equivoquemos. Aparte de la sinrazón y la ignorancia, en la decisión de García pesa el prejuicio contra el indio. No en vano es el autor de El síndrome del perro del hortelano, que propone eliminar las comunidades campesinas de sierra y selva, en beneficio de grandes terratenientes transnacionales u oligárquicos.

Arguedas, defensor de la herencia cultural andina, explorador del alma campesina nativa, antifeudal denunciador de masacres, vibrante lírico de la naturaleza nuestra, de los ríos profundos y las altas cumbres, creyente en un socialismo de cepa mariateguiana, no merece para García ni respeto ni admiración.

Con su medida arbitraria contra Arguedas, García ahonda la distancia que separa al APRA de intelectualidad y de las masas profundas del Sur. Puede estar seguro de que en este centenario de Arguedas, resonarán cantos en español, quechua y aymara que lo condenan a él y su partido. He escuchado algunos: cólera ardiente.

Doctor García, no se equivoque: en parte gracias a su mezquindad, los homenajes a Arguedas van a arreciar. Le comunico que, por ejemplo, en Roma, la Associazione Nuovi Orizzonti Latini, está llevando a cabo actos descollantes, con conferencias magistrales, exposición cinematográfica y fotográfica. Se han asociado con el Instituto Cervantes de El Cairo. Van a publicar textos en italiano y quechua.

Del Perú no se diga. Los trabajadores de Chimbote me piden una exposición sobre El zorro de arriba y el zorro de abajo.


De: LA PRIMERA. El diario que inspira respeto -