28/7/10

Poemas de Orlando Ordóñez


Orlando ORDÓÑEZ SANTOS. La Florida-Muqui, Jauja, Junín.. Cursó estudios en la G.U.E. “San José” (Jauja) “San Ramón”(Tarma) U.N.E. La Cantuta. Profesor, autor de Plaquetas: ARTE POÉTICA (Año XII Nro.177) JUNCO HERÁLDICO (Año VII Nro. 33) NAUTA DE PAPEL (Año IV Nro. 27).En sus versos “…se repite la figura de los elementos esenciales del mundo andino: tierra, fuego, aire y agua” (Olandina Rev. Internac. de Poesía). Colabora en Revistas y publicaciones literarias.


ESPIGA SIDERAL

Al majestuoso Valle del Mantaro

Encanto azul
colmado de arroyuelos
donde nada vale,
la belleza cristal
de lo que llevas
tras tus pupilas.

Valle mil colores
¿cómo podré
arrancar a lentitud
cada beldad
incrustada
en la musicalidad
de tu único espacio
y árboles?

Embriaguez plácida
vacío de vanidades
cuando se trata
indomable
descubrir lo diáfano
de la esmeralda florecida
entre surcos mantarinos
inacabable espiga universal.
-

BÁCULO DESPENADO

Lástimas inhóspitas caen
sin piedad
sobre la lluvia pasajera
detenida en cada una
de los sesgos indolentes
del caminante.

Congojas colmadas de regalías
a raudales
llegan atropellando al féretro
inmóvil
que sólo en una noche pudo
desanudar a cada día vivido.

Luego dárselo a manos llenas
al preludio
de lo que será mañana cuando
doloroso falte
el tizne de penumbra donde
brotaron los ojos cansados
de tanto escudriñar simplezas
que nunca
pusieron
a tus pies.

Consuelos fáciles despertaron
en cada
recodo de abruptas retiradas
mientras al otro lado del dolor oriental
la dinastía Ji habría recuperado
el báculo despenado.



ESPERANDO ESTÁ

Allá donde apresurado
se marcha el día, allá
está esperando acongojada
aquella quietud de agua
cristalina a duras penas
discurriendo su invisible cuerpo
entonando melodías escondidas
con el lamento azul del violín.

Allá donde no se conoce
el retroceder del rumbo
está encarnado su pétalo clarín
la cantuta de los desfiladeros
¡ay! de quien trata de arrancar
su redención de luz, néctar febril
que turba al verde vuelo de colibrí
espliego vivo y latiente del arco iris.

Allá donde no existen atajos
sé que el amanecer íntegro
aún conserva su dulzura inmóvil,
apenas aliñando su encanto de retama,
su soledad de árbol retoñando
y sus caricias rebeldes de junco.
Por eso te dejo pasajera alondra
de alas cansadas, luciérnaga sin penumbras.


CAMINO DE REGRESO

Ya no siento celos a los acechos
del camino
menos a los quiebres abismales
que en cada vértice suelen
sus brazos extender cual begonia
piadosa y camaleónica
en sus noches
a la vera
del Mantaro cómplice.

Estoy convencido que esta máscara
de setiembre que llevo con suavidad
de badana nada tiene que ver
con el corazón corajudo y lindero
de las hipocresías con humildad dócil
de pajarillo atardecido
o enigmática nube
pasajera, evanescente.

No estoy dispuesto a renunciar mi adicción
a las huellas dejadas sobre las riberas
de riachuelos sin rumbo, pero convencido
siempre
el día que dé contigo, no sé si estos
andrajos podrán cubrir la noche extensa
donde ambos perdimos el camino de regreso.

POEMAS DE OSCAR RAMIREZ


Oscar Ramirez

Actualmente reside en la ciudad de Trujillo. Estudia la carrera profesional de Lengua y Literatura en la Universidad Nacional de la misma ciudad.

Obtuvo el primer puesto en el VI Concurso Nacional Juvenil de Cuentos en memoria de Germán Patrón Candela, en el año 2006. En noviembre de 2008, resultó entre los siete ganadores del Concurso Nacional de Poesía Prima Fermata Literaria, organizado por la UNMSM. Obtuvo una mención honrosa en el Concurso de Cuento de la IV Feria del Libro de Trujillo 2009, organizado por ATAL, y participó, representando a la UNT, en el conversatorio El mundo que es mañana: un diálogo entre Mario Vargas Llosa y los jóvenes. En marzo de 2009 quedó como finalista del VIII Premio Internacional de Poesía Martín García Ramos, de Almería – España. Algunos de sus poemas han sido publicados en la Revista de Cultura Almiar / Margen Cero, de Madrid – España.

INVENTARIO DE IMÁGENES

Mar o luna.
Cristal o acero penetrando la noche.
Luz o fiebre de cúpulas
rechinando en secretas voces.
Murmullos. Herida azul.
Alba. Rendija de sol.
Nocturnos telares perdieron el brillo
mientras se avivan en ellos
las cárceles y el tiempo.
Sobre el horizonte,
la perpetua burbuja de fuego.
Reposos de niñas
bajo contemplaciones de cielos.
Orillas cobijando sus pasos.
Se pronuncian murmullos.
Se dibujan retratos.
Un vacío / La realidad
Inventarios de días:
amaneceres y descansos.
16 / Oscar Ramirez
Los principios se tornan escasos.
La contemplación del mundo
es
algo furtivo.
(No saber fingir)
(No tentar amar)
Tupidas márgenes limitan las creencias.
La verdad es camino doloroso.
Un secreto. Soñar.
Abriles no impiden
el ligero tránsito de bendiciones.
Contemplar el sol
tiene épicos rasgos de palabras.
Sólo lo perpetuo:
mar o luna,
mar o águila.

PRECOZ OBERTURA DEL SOL

Crédulas palabras descienden de las gargantas
en una divertida procesión de murmullos.
Pretextos de sutiles ornatos,
donde ecos y voces repitiéndome el silencio
condicionan la libertad,
olvidarán los portales del sueño.
Bajo la pureza
de un vientre cubierto de arena,
torpes manos, desnudas de oficio,
aprenden las oraciones matutinas.
En el crisol venidero de las aguas,
un pergamino de espuma
comprende la evolución de las horas:
las almas vuelven del oscuro letargo de los muertos.
Cuando el viento sople otra vez sobre
la armoniosa virtud de tus mejillas,
verás el pálido amor de la luna
dibujándote la inmortal silueta
del adiós.

Acerca de Arquitectura de un día común

Hablar de la poesía de Oscar Ramirez (mejor dicho, de su primer poemario, al cual me referiré de ahora en adelante) no es hablar de una voz nueva, porque hasta cierto punto eso suena demasiado encasillado, por lo que prefiero hablar de ciertas diferencias en su poesía. Si bien todo poeta demuestra a grandes rasgos las influencias de autores que admira, lo que se lee en los versos de Arquitectura..., a pesar de que Oscar siente gran interés por algunas características de la poesía europea contemporánea, no es el recurrente esteticismo utópico de matices argumentales o lamentaciones de pasados ignorados y desastrosos, sino un mundo casi tan impenetrable como la sequedad humana. Todo poeta establece sus pautas, sus condiciones poéticas, pero las condiciones que se nos ofrecen en este poemario, aunque se fecunda en muchos temas universales, es totalmente vertical, obligada a variar entre lo común y lo onírico sin perder la fusión entre veracidad y espacio donde se desarrolla la emoción creativa. Dividido en cuatro etapas, este producto poético va formándose en un proceso de construcción y destrucción paulatina, con historias concebidas en espasmos que van desde un inventario formativo hasta envolvernos en un cuadro donde no existe mayor esperanza que la de una niña vagando entre nosotros invitándonos a caer. Ahora bien, no sé dónde ubicar este libro, ya que en muchas de sus páginas la dirección de sus versos nos remite al espectáculo de cinematográficas escenas, como en otras tantas nos oculta el mínimo bosquejo que se le puede brindar con eficacia a la razón. La poesía de Oscar Ramirez es un viaje perfecto, un vagar de versos, y palabras, por desnudas praderas sin llegar al simplismo de lo que se ha venido escribiendo en muchos de los poetas de su generación. Las palabras están en el campo, ahora les toca a los lectores el deber de la cosecha.
Julio Arguedas