15/1/16

POEMARIOS: (2015) - WILLIAM GONZÁLES PÉREZ


DE VENTA EN DIFERENTES FERIAS LITERARIAS






Poemario: EL VERSO DE LA NAVAJA


Viajes de agosto


El corazón el refugio de las almas que buscan reposo de las espinas que de a pocos se van enclavando por las manos
como el de ayer cuando jugábamos por los cerros como queriendo volar / y ahí estaban las aves que miraban los pleitos de los vecinos que con esos ojos rojos destrozaban cualquier pared ante ellos / nada es igual tu piel ha cambiado tu voz chillona de grillo aullador de río a la puesta de la noche donde se ocultan en cueva formando un grupo que ataca a los indefensos distraídos de las desventuras navajeras que ellas propinaron en el silencio de las fábricas cerradas clausuradas por el hambre que nos cae como fusilamiento de a pocos nos recostamos como durmiendo y recordar su figura que desfigura la razón de seguir escribiéndote las mismas cartas que no contestas recuerdas del hilo rojo que llevaba hacia tus ojos y tranquilamente la llevabas a pasear
con un mensaje inclinado a tu costado bajo las leyes
de la discordia y el grueso chaleco de tus viajes de agosto
para seguir encuadernando tus historias.




Las vocales del viento


Activando las cuerdas vocales con la consonante del viento     
al fin podremos distinguir el punto exacto del holocausto sumergido en aquel momento de la angustia como caracoles ocultos en la caparazón de la envidia  aquellos reyes fugitivos
hoy a la distancia no se dejan ver y el estanque rojo
sólo rosas negras del recuerdo asistir dibujando la pared
que pronuncia a los alocados nombres que por años no se dejaron ver ni en primavera / el mar va cubriendo esas rocas
que hieren a las palomas en su vuelo diario llevan los sonidos
que destrozaron las urnas de nuestros antepasados dejando
que la lluvia haga correr las pesadas cargas que impulsamos
con amigos cubiertos de smog todos contaminados por la vía abierta de nuestras fosas que esperan la llegada de esos locos que viven la vida / que recitan sus cantos de niñas sentadas
a la espera de sus ausentes sangres creadoras sin zafiros
ni madres mimadoras del placer oculto del frío cielo
que acompaña el fondo de preguntas.