23/7/08

Francisco León

Bambamarca


Un fantasma de mercurio
se ha posado
sobre tus ojos
de vastedades y horizontes infinitos.

¿Dónde te abandonó la suerte?
¿En que empinada calle?
¿En que olvido?

La resignación te golpea
¿piensas? o simplemente…
no lo sienten tus pulmones
enfermos

¡Cristo de Bambamarca
vomita tu furia
sobre las mineras!

Pero cómo
Si eres victima también
Si eres piedra
Si tus marías lloran
agua de relaves
y un anhelo silente
se ahoga en tu garganta.

Entonces
Sólo bajas tus ojos
otrora de vastedades e infinitos
ante lo posible.

Manuel E. Valladares

Amigos

ES INCREIBLE QUE UN EXTRANJERO
HAYA HECHO UN POEMA DE ESTA
NATURALEZA,VALE LA PENA LEERLO Y PENSARLO...
! UN POEMA PERUANÍSIMO.


Cuando yo deje este mundo, como todo ser humano, me
iré con dolor profundo por no haber sido peruano.
Pero me iré sin rencor ni despecho alguno,
Porque yo tuve el honor de conocer a más de uno.

Pido que en mi funeral, me prendan más de una vela, me
canten 'El Cóndor Pasa' y la 'Flor de la Canela'.
Cuando me estén enterrando, quiero que sea algo bello,
que lloren 'Los Morochucos' y me canten 'El Plebeyo'.

Le pediré a mi familia, que a pesar de mis costumbres, me
saquen de New York y que me entierren en Tumbes.
Les pediré un gran favor :
Si les gusta lo que he dicho, que me hagan el novenario
en Machu Picchu.

Que me entierren una noche mientras la Luna ilumina,
y que mi ataúd vaya cargado, por mi amigo Mauro Mina.
Cuando Maurito se canse, que me carguen unas llamas y
que atrás vayan cantando 'Los Chamas'.
Que vayan todos los días a poner un ramito de flores pero
sin lágrimas ni tristezas.

Que escriban sobre mi cripta, que mi hermoso sueño
además de ser peruano, era haber sido Arequipeño.
Cuando descanse en la fosa y mi alma agarre vuelo, yo
quiero que en vez de un ángel, un Cóndor me suba al cielo.
Pero si voy para abajo, escuchen bien lo que hablo, muy
tranquilo y sin relajo, así yo le diré al diablo:
Prepara tu voz cornudo, prepárala porque tú, cantarás
fuerte y agudo conmigo, ¡Viva el Perú!
Y si no lo cantas bien, te disculpas, te me hincas,
respetarás Oh malvado,al Imperio de los Incas.
Ahora vas a beber, Pisco y Chicha en una barra y vas a
cantar conmigo, 'Cuando llora mi guitarra'.
No importa donde vaya, sea arriba o sea abajo, gritaré todos los días :
¡VIVA EL PERU CARAJO!

De: Manuel E. Valladares (Salvadoreño)

21/7/08

Antonio Silva García

Temo tomar té
(Fragmento)


Temo no acudir veloz
en ayuda del hermano
cuando me pide una mano
porque le faltan las dos.
Temo enfrentar a mi Dios
y me pregunte que he hecho
para tener el derecho
de expresarle mi pensar,
de lo que suelo guardar
en lo profundo del pecho.

Temo-aunque no me lo crea-
al cura, al mal policía.
Temo hacer mi poesía
como una panacea.
Temo que otro la lea
como una sublevación,
temo que sea el timón
que en sus giros muerte encierra.
Temo desatar la guerra,
temo a la revolución.

Temo cuando se desata
y triunfa una rebelión.
Y temo a todo ladrón
que se viste de corbata.
Temo a la bala que mata
y apaga todo candil.
Temo cambiar de perfil,
temo a mi bajo solario,
temo al falso empresariio,
temo agarrar el fucil.

Antonio Silva
Décimas

17/7/08

La masacre de La Cantuta ocurrió el 18 de julio de 1992. Nueve estudiantes y un profesor fueron secuestrados y ejecutados por el destacamento Colina. Para borrar las evidencias del horrendo crimen los asesinos enterraron los restos en fosas, en Cieneguilla.

http://www.cverdad.org.pe/ifinal/pdf/TOMO%20VII/Casos%20Ilustrativos-UIE/2.22.%20LA%20CANTUTA.pdf


Martes, 2 de octubre de 2007

Entrevista. GISELA ORTIZ

"La solidaridad es fundamental"

Su empresa está rindiendo frutos. Tenía 20 cuando mataron a su hermano.
Usted la ha visto luchar porque se haga justicia. Los indeseables están cayendo. El Perú está abriendo los ojos.

TENAZ. Desde que secuestraron y mataron a su hermano, varias veces ha tratado de rehacer su vida. Imposible. Sus últimos 15 años los ha consagrado a que se sepa la verdad y se castigue a quienes le arrebataron a su Kike. Fujimori ha sido extraditado. Ella está contenta, ¡y tiene derecho a ello!

Por Antonio Orjeda
Gisela y Luis Enrique Ortiz nacieron en Chachapoyas, Amazonas. Vinieron a estudiar a Lima. Allá, entonces no había universidad. Ingresaron a La Cantuta y a San Marcos, cada uno a un par de carreras distintas. Hubieran querido seguirlas ambas, pero el dinero que les enviaban sus padres --maestro y técnica en enfermería-- no les alcanzaba. Eligieron La Cantuta.
Ambos internos, Gisela era la delegada de su pabellón. Sabía que entre ellos había senderistas infiltrados, lo mismo que militares. Lo suyo era estudiar. Gisela quería ser maestra, especializarse en Lengua y Literatura. Estaba en sexto ciclo.
El jueves 16 de julio de 1992 Sendero Luminoso voló Tarata. Dos noches después, el Grupo Colina ingresó en La Cantuta y secuestró a nueve estudiantes y un profesor. Desde entonces, sus familiares han buscado conocer la verdad y que se castigue a los responsables. Gisela Ortiz es el rostro de esta causa. Tenía 20 años cuando desaparecieron a Luis Enrique. Lleva ya 15 años de lucha.
¿Usted ha lucrado con su dolor, como ha dicho el fujimorista Rolando Sousa?
No. Yo tengo un compromiso con mi hermano, y él, en mi lugar, habría hecho lo mismo. También tengo un compromiso con mi familia, porque cuando mi hermano desapareció, la única familiar directa, aquí en Lima, era yo; y no he dejado que ninguno de ellos se involucre en esto.
¿Por qué?
Porque es difícil estar en esta lucha. No solo por el daño emocional que te causa, sino porque te deja secuelas psicológicas con las que luego tienes que arrastrar.

Muestras de violencia como la de Sousa, ustedes han vivido muchas. En setiembre de 1994, durante la misa en la Plaza Francia, previa al entierro de sus familiares, circularon volantes que los calificaban de terroristas.
La forma más simple de entender por qué desde el Estado se mató a estudiantes, es la justificación de que eran terroristas. De difundir esa justificación no solo se encargaron Alberto Fujimori y sus voceros, sino incluso algunos medios de comunicación. En el juicio oral, los asesinos (el Grupo Colina) han contado con lujo de detalles todo lo que hacían. Uno de sus infiltrados (en La Cantuta) ha reconocido que todos los días le enviaba informes a Martin Rivas sobre lo que hacían los terroristas, y nunca ninguno de los asesinados figuró entre ellos.

Los críticos a su lucha no se han detenido a pensar en que hasta la fecha ustedes no saben por qué secuestraron, torturaron y mataron a sus familiares.
¡Yo creo que ni los mismos Colina saben por qué lo hicieron! Lo que nosotros entendemos es que fue un acto de venganza, ¡por varias razones! En primer lugar, porque en 1991 nosotros rechazamos la presencia de Fujimori en La Cantuta. Me refiero a los alumnos internos.
¿Por qué lo hicieron?
El Fujishock nos afectó como internos. En la universidad no había qué comer. De desayuno nos daban agua de apio con un camote sancochado. Así vivimos como seis meses. El almuerzo era caldo de arroz. A mí me empezó una anemia terrible, ¡así no podíamos estudiar! Entonces, ¿cómo íbamos a perdonar a un gobierno que nos maltrataba como estudiantes? Además, sabíamos que su presencia significaba una intervención en la universidad, que también traía la presencia militar.

Tras el secuestro de su hermano, su vida sufrió un cambio...
¡Total! Cambió mi proyecto de vida. Mi objetivo --y el de mi hermano-- era estudiar, hacer una especialización y volver a Chachapoyas a trabajar; ayudar a nuestras hermanas menores. Pero cuando lo desaparecieron, no solo me olvidé de que tenía que estudiar, me dediqué de lleno a su caso --estos 15 años--; y hasta ahora no lo puedo dejar, pues esta situación de impunidad ¡todavía persiste!

Usted se ha convertido en la imagen de las víctimas de La Cantuta. ¿Cómo se forjó la líder?
Con mucha responsabilidad. Fui asumiendo los papeles que muchos familiares dejaron de asumir. En un principio no quería dar declaraciones, y cuando hablaba, no dejaba que me fotografiaran. ¿Por qué? Porque vivía en un asentamiento humano en el Callao, con una familia que me había alojado --porque yo no tenía dónde vivir-- y me parecía irresponsable que por mi culpa los vayan a identificar y les hagan daño. Yo he vivido dos rastrillajes, he tenido que quemar documentos para evitar que me identificasen. No quería dar la cara abiertamente. Lo empecé a hacer a partir de 1993. Había otros familiares que habían asumido la lucha, gente quizá más preparada que yo, pero que fue dejando el tema, y de alguna manera fuimos quedando la señora Raida (Cóndor, madre de Armando Amaro) y yo. Y bueno, dentro de mí fui incorporando todo el proceso...

Al principio no les hacían caso.
Nadie nos quería atender. Le exigíamos al rector que convocara a conferencias de prensa, y como nadie iba, nosotros íbamos a cada medio de comunicación a explicar lo que había pasado, que necesitábamos que nos ayuden; pero era raro el medio que se animaba a sacar algo.

El 2000, en la encuesta llamada ¿Cómo quieren ser recordados los jóvenes del 2000?, usted dijo: "queremos ser recordados como conscientes, solidarios, que saben defender sus derechos y que no se venden a nadie". ¿Siente que ha cundido el ejemplo?
¡Sí! Cuando la gente comenzó a entender lo siniestro y corrupto que fue el gobierno de Fujimori, los jóvenes se comenzaron a movilizar, y fueron incorporando el tema de derechos humanos. Recuerdo las primeras grandes movilizaciones de 1994 contra la Ley Cantuta (que libró al grupo Colina de toda responsabilidad en el hecho). Nosotros las convocamos y vinieron de universidades que en su vida se habían movilizado, y lo hicieron ¡para solidarizarse con nosotros! Creo que ahí fue despertando el espíritu de los jóvenes, se dieron cuenta de que era necesario participar abiertamente en esta lucha. En 1997, ya eso se vio más abiertamente. ¡Fuimos conscientes de lo que nos tocaba asumir!

Como contraparte, en una reciente encuesta a reconocidos empresarios, estos señalan a Fujimori como el mejor presidente del Perú.
¡Por todos los beneficios que recibieron! Que si fue corrupto, si violó los derechos humanos, eso no les interesa.

Es preocupante que para ellos pese más el tema económico que el moral.
Es que, para muchos, la forma de medir está determinada por cuánto me beneficia. A mucha gente no le importa que haya matado y robado, miden sin anteponer los que deberían ser sus principios y convicciones. ¡Por eso se permitió que se violasen derechos humanos en la magnitud en que se hizo! Nadie fue capaz de reaccionar, y menos los empresarios. ¿Acaso alguno levantó su voz diciendo que hay que incorporar a las víctimas de la violencia política porque son parte de nuestra historia? ¿Alguna universidad ha ofrecido becas o alguna institución privada de salud ha ofrecido tratamiento en salud mental? ¡Nada! Esto es parte de la indiferencia, de creer que eso no nos compete y que es mejor voltear la cara. Por eso creo que, más allá del daño concreto y real que le hizo Fujimori a mi familia, a mi persona, lo más grave es que él, de alguna manera, nos ha deshumanizado, nos ha desarticulado socialmente.

Al país.
Al país.

Tras la muerte de su hermano, dejó su carrera, dejó todo. Su hermana menor comparte su sueldo con usted en vista de que está entregada a esta lucha que se ha convertido en su empresa, que no es otra que la búsqueda de justicia. Con mi familia, en algún momento iniciamos un negocio. Tuvimos una botica hasta el 2002, yo era quien la administraba hasta que se inició todo esto del juicio y ya nadie se hizo cargo del negocio. En 1999 yo regresé a Amazonas y empecé a cultivar una chacra de café orgánico, pero también la tuve que dejar porque (con el juicio) ya no tenía tiempo.

Es decir que, económicamente, pudo haberse desarrollado.
Sí, pero me ganó 'el tema'. Empezaba algo, lo veía crecer, pero tenía que dejarlo.

Eso la debió frustrar.
¡Hasta ahora! Si tú me preguntas si a los 35 años yo me siento realizada..., en el sentido académico, yo me siento frustrada. Recién he obtenido el bachillerato, tengo que sacar la licenciatura, quiero empezar una maestría, quiero dedicarme a un trabajo que me apasione. A los 35 años no tengo hijos, no sé si los vaya a tener. Entonces, si bien es cierto que reconozco todos los logros que hemos tenido en la lucha --el juicio a Colina, el que Fujimori esté aquí, el que gran parte de la población sepa ahora lo que en realidad pasó, la solidaridad que hemos generado--, en lo personal, como Gisela Ortiz, sigo siendo una mujer frustrada.

Entonces, ¿ha valido la pena su lucha?
Sí y no. Sí, porque nos ha permitido avanzar en esta lucha por lograr la justicia. Hay avances concretos: cuando voy a los juicios y veo a los asesinos --porque vamos todas las semanas--, ya no los veo en la misma actitud del primer día --orgullosos, riéndose de nosotros--, sino más bien arrinconados por la justicia, ¡ese es nuestro logro! Cuando ves a Fujimori recluido, ¡es parte de nuestro logro! Cuando logramos una sentencia en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que es producto de nuestro esfuerzo y de nuestro propio convencimiento, claro, ¡se ha avanzado!

Uno está acostumbrado a oír su voz o a ver su rostro en los medios de prensa denotando dolor.Cuando concertamos esta entrevista, su voz era otra, había alegría.Gran parte de este dolor permanente tiene que ver con la impunidad que se vive en el país, pero cuando se tiene esta oportunidad de juzgar a Fujimori --para determinar su responsabilidad--, para nosotros es un triunfo ¡y se incorpora en nuestro estado de ánimo! Hemos tenido golpes bajos como el atentado contra "El ojo que llora" o el que salga Sousa a decir que lucramos con nuestro dolor o Martha Chávez --llena de odio-- que sigue agrediéndonos, diciendo que nuestros familiares eran terroristas, todo con el ánimo de mellar nuestro triunfo, pero, felizmente, no lo logran.

Ustedes están fuertes.
Sí, hemos aprendido a fortalecernos entre nosotros. Por eso considero que, para el país, la solidaridad es fundamental. Cuando salgo a la calle y alguna gente me reconoce, nunca --en todos estos años-- nadie me ha dicho nada ofensivo. La gente me saluda, algunos saben mi nombre y me dicen: "¡qué bien que estén en esta lucha!, nosotros rezamos por usted". Un señor me dijo que le habla a sus hijas, que les dice: "así tienen que ser, ¡tienen que defender sus derechos!". ¡Todo eso es una gran responsabilidad para mí! Así te das cuenta de que lo que uno hace le importa a mucha gente. Y esto, a mí, no solo me complace y me llena de alegría, sino que me fortalece.

Se ha convertido en un ejemplo para los peruanos, pese a que usted no lo pretendía.
¡Ni pretendo serlo! Lo que yo quiero, simplemente, es demostrar que uno es capaz de defender sus propias convicciones. Nosotros, desde 1992, cuando desaparecieron a nuestros familiares, empezamos a denunciar a Fujimori, ¡cuando él estaba en el gobierno! Nosotros siempre dijimos que él es el principal responsable de lo que les pasó, y esa convicción no se nos quita hasta ahora. Nosotros, en 15 años, no hemos cambiado de discurso, nos mantenemos firmes en los que --creemos-- son nuestros derechos. ¿Por qué? Porque es la única forma de recuperar la tranquilidad.

Sea la que sea la trinchera en la que estemos, no hay que dejar de dar batalla.
¡Y lo hacemos con mucha pasión! Porque nosotros necesitamos que haya justicia.

Y cuando acabe esto, ¿en dónde va a volcar toda su pasión?
He terminado una especialización en responsabilidad social y empresarial en la Universidad del Pacífico, un tema que me apasiona, porque sí creo en la obligación de la empresa de hacer trabajo social por su entorno, por sus trabajadores, por su comunidad. En este tema he asesorado a una empresa privada y, felizmente, he logrado contagiarle esta motivación.

O sea que, sin pretenderlo, ha encontrado...
¡Una chamba! Yo siempre he estado ligada al tema social, y cuando conocí la responsabilidad social, dije: ¡ahí está! Este es un camino que puedo incorporar para sentirme satisfecha conmigo misma. Además, aquí hay empresas que felizmente han entendido que no se trata de ser dadivoso y caritativo, ¡sino de hacer un trabajo responsable y socialmente comprometido! Yo quiero un país diferente, en el que no haya corrupción, en el que no se mate a nadie, ¡porque mis sobrinos van a seguir viviendo aquí! Pero quiero un país decente, en el que nadie se atropelle. Por eso la muerte de mi hermano no debe ser en vano. Tiene que servir para que abramos los ojos, para que historias como la suya no se repitan, porque yo no quiero que nadie pase por el proceso por el que yo pasé. Ya fue suficiente dolor, ya fue suficiente llanto, ¡lo que ahora hay que tener es esperanza! Todos tenemos que apostar para que nuestro país cambie.
LA FICHA
Nombre: Andrea Gisela Ortiz Perea.Colegio: La primaria, en el 18002; terminó en el Virgen de Asunta, ambos en su natal Chachapoyas.
Estudios: Administradora de la Universidad Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta.
Edad: 35 años.
Cargo: Representante de las víctimas del crimen de La Cantuta.

Copyright Empresa Editora El Comercio S.A. Derechos reservados

http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2007-10-02/imececonomia0792924.html

16/7/08



FIL 2008 censura editoriales independientes

Censurados. Fuente: foroelsalvador
Quizá los de la Cámara Peruana del Libro no se han dado cuenta de lo grave que es esto. Justo cuando el día de hoy todos los medios anuncian, con entusiasmo, la realización de la Feria Internacional del Libro 2008, aparece una denuncia, a manera de pronunciamiento, contra la organización de la CPL. Al parecer, la Cámara Peruana del Libro no acepta que una entidad com la Alianza Peruana de Editores Independientes (que agrupa a todas, o casi todas, las editoriales independientes importantes del Perú) participe con un stand en la FIL Lima 2008. Es raro, porque años atrás varias editoriales independientes (como Estruendo Mudo, Sarita Cartonera, los asociados en Punche Editores, entre otras) han tenido muy dinámicos stands en la FIL, ¿por qué este año les negarían el acceso? Por lo que he podido entender, el problema no es contra las editoriales individualmente, sino contra la posibilidad de que exista un gremio que las agrupe y que, en cierto modo, le "haga competencia" a la propia Cámara. La censura sería, entonces, un castigo contra una Asociación libre y democrática (y no "informal" como ellos dicen) que podría en el corto, mediano o largo plazo contrapesar el monopolio de la CPL. La nota de prensa lo dice así:
Editores independientes del Perú denuncian discriminación por parte de organizadores de la Feria Internacional del Libro.La Cámara Peruana del Libro obstaculiza la participación de veinte editoriales peruanas, en la Feria Internacional del Libro FIL-LIMA 2008. Entre las editoriales, agrupadas en la Alianza Peruana de Editores (ALPE), se cuentan Ediciones PEISA, Jaime Campodónico, Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Asociación Cultural Antares, Sarita Cartonera, Estruendomudo, Matalamanga, entre otras.Ediciones PEISA había asumido la distribución de las publicaciones de ALPE en un stand dedicado a la producción editorial independiente del Perú. Sin embargo, más de diez días después de la suscripción del contrato de arriendo de dicho stand, el Consejo Directivo de la Cámara Peruana del Libro (CPL), institución encargada de organizar la FIL-LIMA 2008, decidió despojar a PEISA de los espacios alquilados para la distribución de los libros de ALPE.El Consejo Directivo de la Cámara Peruana del Libro se ha negado a responder formalmente a los pedidos de restitución formulados tanto por ALPE como por Ediciones PEISA, y ha pretendido descalificar a ALPE aduciendo falsamente que se trata de una “asociación informal”.Los editores de ALPE declaran sentirse vulnerados en su derecho a la libre asociación y en su derecho a ser distribuidos y comercializar sus libros a través de los circuitos disponibles en el Perú. Asimismo declaran haber respetado el reglamento interno de la Cámara Peruana del Libro con respecto a su participación en la feria.Aparentemente el Consejo Directivo de la Cámara Peruana del Libro siente recelo ante la existencia de cualquier otra forma asociativa que tenga que ver con la producción de libros.Ante esta situación, importantes asociaciones de editores tales como la Alianza Internacional de Editores y la Asociación Editores de Chile, han declarado su solidaridad con ALPE y han puesto en duda su participación en la feria si el consejo directivo de la Cámara Peruana del Libro no restituye los espacios alquilados
Realmente sería una lástima, por no decir una verguenza, que la Cámara Peruana del Libro por temor a la competencia esté vetando la participacíón de una Asociación amparada por la ley y el derecho que asiste a todo el mundo de asociarse. Una verguenza además porque, con esa medida, están poniendo trabas a la labor de las editoriales independientes peruanas. Como saben todos los que leen Moleskine y están pendientes del ritmo editorial de nuestros países, las editoriales independientes han dinamizado y potencializado la literatura de toda América Latina y España. Su aporte en estás décadas ha sido incalculable y reconocido por todos los editores del idioma, incluso por las transnacionales más grandes. Cerrarles la puerta de la FIL y "castigarlos" así por el falso delito de asociarse no solo es una mezquindad sino una acción que echa por el suelo absolutamente todo lo que la CPL ha logrado en los últimos años, con las exitosas FIL y con la participación del Perú en Ferias Internacionales del Libro.Hace unos días, esperé que los buenos amigos que tengo en la organización de la Cámara contestaran a estas interrogantes, pero no obtuve respuesta. Espero que la publicación de este post los anime a responder al fin. Y espero también que todos los escritores, lectores, expositores y organizaciones nacionales o internacionales que, de alguna u otra manera tenemos proyectado participar en esta FIL, defendamos el derecho de estos editores jóvenes de tener presencia en la Feria y de asociarse libremente.

Tomado de:
http://notasmoleskine.blogspot.com/2008/07/fil-2008-censura-editoriales.html

15/7/08

Fernando Carrasco Nuñez

LA FICHA MARCADA


Alfredo salió del hostal muy presuroso y percibió que estaba garuando sobre la ciudad.
Se arregló el cuello del saco y volvió a mirar su reloj. ¡Demonios! Ya iban a dar las cinco de
la mañana. Tenía que darse prisa si quería evitar una tragedia en su casa. ¡Cómo pudo haberse quedado dormido! Mientras caminaba hacia la avenida principal en busca de un taxi sintió que poco a poco un atroz sentimiento de culpa se iba posesionando de su cuerpo. Era la primera vez que había hecho el amor con otra mujer desde su matrimonio celebrado dos años antes. Ahora se sentía terriblemente arrepentido de haber caído en el juego de Clarisa a quien acababa de dejar dormida en una de las habitaciones de ese lujoso hostal. Alfredo amaba a su mujer, pero los hechos se habían producido de manera precipitada. Clarisa era una de las antiguas y pocas amigas de su esposa. Esta idea incrementó la magnitud de su culpa. Pero ella era tan perversamente seductora y seguramente lo había sido aún más con él. Quiso encender un cigarrillo, pero terminó arrojándolo sobre el césped de un pequeño jardín cuando le cruzó por la mente la forma cómo Clarisa había mentido a su esposa para pasar la noche con él. La culpa iba dando paso a un sentimiento entre la ira y el miedo. Su mujer nunca le perdonaría si llegaba a enterarse de esa traición. Ella era capaz incluso de abandonarlo. Se metió las manos a los bolsillos y continuó caminando ligero con la cabeza gacha. Aún podía encontrar durmiendo a su mujer y simular que había llegado horas antes como en las esporádicas ocasiones en que se quedaba bebiendo con los amigos del trabajo. Poco después Alfredo llegó a la avenida principal y abordó un taxi.

Durante el transcurso del viaje Alfredo recordó el día que conoció a Clarisa. Tres semanas antes cuando por la noche llegó exhausto del trabajo encontró a su mujer y a su amiga charlando amenamente en casa. Habían abierto una botella de vino. Notó que el trago las había puesto muy animadas. Alfredo no pudo ocultar cierta fascinación ante la belleza de esa mujer a quien veía por primera vez. Tenía unos ojos verdes que perturbaban y parecía más joven que su esposa. Alfredo se sirvió también una copa de vino y las acompañó hasta que Clarisa se marchó treinta minutos después. Durante la conversación Alfredo se fue enterando muchas cosas sobre la vida de Clarisa. Era una antigua amiga de su mujer. Habían estudiado juntas los primeros años de la secundaria. Lamentablemente al poco tiempo se habían perdido de vista debido a que el padre de Clarisa, un coronel del Ejército, había sido destacado al Alto Huallaga en pleno conflicto con Sendero Luminoso. Como era hija única su padre no estaba dispuesto a alejarse de ella ni de su esposa. Alfredo recordó que en ese momento de la charla su mujer había lamentado la ausencia de Clarisa la noche de su boda y que acto seguido los tres volvieron a brindar. Clarisa también les dijo que sólo estaba de paso por Lima ya que dentro de un mes tendría que regresar con sus padres a Tingo María donde se habían quedado a radicar definitivamente y donde la esperaba su prometido, un joven oficial del Ejército que había perdido la cabeza por ella. En ese momento los tres rieron. Casi al final de la charla les informó, entusiasmada, que el mes entrante empezaría a laborar como asistenta en el Hospital de Policía de la zona y que planeaba casarse el año siguiente. Brindaron otra vez. Cuando Clarisa se disponía a despedirse, su amiga la invitó a almorzar con ellos el fin de semana. Ella aceptó muy complacida. Y se despidió de ambos con un beso en la mejilla. Pero Alfredo sintió el beso de la amiga de su esposa muy cerca de la comisura de los labios. El domingo almorzaron juntos. En aquella ocasión Clarisa había llegado con un vestido muy ceñido que resaltaba las sinuosidades de su bien delineado cuerpo. Alfredo percibió que esta vez Clarisa lo seducía manifiestamente en los instantes en que se ausentaba su esposa. Esa situación lo desconcertaba por la cercanía de su mujer, pues le resultaba difícil disimular su encendida excitación. Aquella vez la reunión no se prolongó mucho tiempo porque Clarisa adujo que había prometido a su madre salir de compras con ella esa noche. Cuando se despidió de ambos, Alfredo sintió que al tiempo que le besaba la mejilla, Clarisa le acariciaba ligeramente los dedos. Él tuvo la sospecha de que su esposa lo había notado, pero cuando quedaron solos ella le sonrió y le propuso terminar la botella de vino que había quedado a medias. Por la noche hicieron el amor. Su mujer sintió que Alfredo fue más ardiente que otras veces. Esa noche Alfredo imaginaba que le hacía el amor a Clarisa.

Durante la semana siguiente, Alfredo no volvió a ver a la amiga de su mujer. Cuando volvía a casa deseaba ardientemente encontrar a su esposa y a Clarisa esperándolo para cerrar la noche con unas botellas de vino. Pero en varias ocasiones encontró la casa vacía. Cuando su mujer regresaba, poco después, le decía que había salido de compras con Clarisa. Alfredo tuvo la certeza de que su esposa se había percatado de las intenciones de su amiga así que había decidido mantenerla alejada de su casa. Pero las ausencias de su esposa se hicieron habituales y comenzaron a inquietarlo la semana siguiente. Una noche que ella volvió sumamente tarde le reprochó no encontrarla en casa para cenar juntos. Su esposa se disculpó argumentando que Clarisa la había invitado al departamento de sus padres y que su madre, una mujer muy simpática, la había retenido contándole muchas historias sobre sus vidas en la selva. Le prometió que esas salidas nocturnas ya no se iban a repetir pues Clarisa regresaría a Tingo María la semana entrante. Alfredo se inquietó, pero a la vez recibió la noticia con mucha satisfacción. Él no podía permitir que una mujer descocada como lo era Clarisa pudiese resquebrajar la relación con su tierna esposa. Esa noche quiso hacer el amor con su mujer, pero ella no se mostró dispuesta. Estaba sumamente agotada, le dijo.

Cuando la noche siguiente Alfredo regresaba a su casa recibió una llamada al celular. Era su mujer. Le dijo que Clarisa la había llamado para pedirle que por favor acompañase a su madre al salón de belleza ya que ella se encontraba muy alejada de su departamento. Alfredo aceptó con resignación cenar nuevamente solo. Sabía que esas salidas de su mujer terminarían muy pronto con la partida de su amiga. Al ingresar a su casa se quitó la camisa y se sirvió una copa de vino. Al rato llamaron a la puerta. Se dispuso a abrir con cierta alegría pues imaginó que por algún motivo su mujer ya no había tenido que acompañar a la madre de Clarisa a ninguna parte. Pero su alegría se transformó en desconcierto cuando advirtió la figura sonriente de Clarisa en el marco de la puerta. Entonces entendió los planes de esa mujer. Ella lo saludó e ingresó rápidamente. Le dijo que pasaba muy cerca y que había deseado venir a despedirse de él puesto que esa noche era la víspera de su viaje. Alfredo, algo nervioso, le invitó una copa de vino y descolgó su camisa de la percha con la intención de volvérsela a poner, pero Clarisa se lo impidió. “No es necesario que te la pongas. Está haciendo mucho calor” En ese instante ella se quitó el abrigo que llevaba encima y dejó al descubierto, atrevidamente, el gran escote de su hermoso vestido. Ambos brindaron y quedaron en silencio por un instante. Alfredo quiso decir algo, pero de pronto sintió que Clarisa se lo impedía con un beso. Se besaron y se acariciaron con ardor sobre el sofá de la sala durante algunos minutos. Pero cuando Clarisa empezó a desvestirse a Alfredo le asaltó el temor de que su mujer los encontrase en esa situación. Se incorporó y se puso la camisa con presteza. Clarisa, dueña de la situación, se le acercó nuevamente y le susurró al oído: “Ella demorará mucho, cariño. Pero si gustas podemos irnos a otro lugar.” Él dudó por un instante. Pero resolvió por guardar las copas de vino y salió detrás de la mujer. Clarisa cruzó la puerta y sin que Alfredo lo notara emitió una silenciosa sonrisa de triunfo.

—Señor, hemos llegado —exclamó el dueño del taxi. Alfredo, sumido en sus pensamientos, tuvo un sobresalto —. Son diez soles —añadió el taxista. Alfredo pagó y descendió del auto. La garúa no había cesado.

Cuando estuvo a unos metros de su casa sintió que el pánico lo embestía. Sabía que su mirada lo iba a delatar. Él nunca había tenido el talento de los verdaderos infieles. ¿Por qué demonios se había dejado arrastrar como un niño hacia esa situación? Notó ahora que había empezado a transpirar mucho y que las palpitaciones de su corazón se habían acelerado. Se juró que nunca más volvería a traicionar a su mujer. Ahora deseó intensamente que su esposa estuviese dormida. Se detuvo. Respiró profundamente tratando de sobreponerse pero fue inútil. Se secó el sudor de las manos en el pantalón. No podía despejar el pánico que lo agobiaba; ni tampoco podía sustraerse a esas imágenes que, inexplicablemente, una parte de su memoria iba revisando no sin cierto placer. Recordó la seductora mirada de Clarisa en la penumbra del hostal. La espléndida desnudez de su cuerpo blanco entre las sábanas. Sus pechos enormes en movimiento. La armonía de sus acrobacias sexuales. Sus largos e intensos gemidos. La vibración y el arquearse de su cuerpo en cada orgasmo.

Metió la llave en la cerradura con dificultad e ingresó a su casa sigilosamente. Cerró la puerta tras de sí y se dirigió en completo silencio hacia la recámara. Entró al dormitorio y retuvo la respiración. Al instante notó que su mujer dormía profundamente. Respiró aliviado. Ella llevaba puesta un vestidito transparente que trasuntaba la forma de sus senos y caderas. Sintió una oleada de ternura por ella. Sabía que solía ponerse ese vestido cuando deseaba hacer el amor. Seguramente lo había esperado durante algunas horas y había terminado vencida por el sueño. Se quitó la camisa y se acostó con sumo cuidado de espaldas a su mujer. Al poco tiempo logró conciliar el sueño. Su mujer tenía los ojos cerrados, pero no dormía. Cuando lo oyó roncar abrió los ojos de golpe. Y se dibujó en sus labios una perversa sonrisa. Todo le había resultado perfectamente. Después de varias semanas había logrado por fin satisfacer el capricho de su amante. Habían hecho el amor en la misma cama donde ella dormía con su esposo. Y todo gracias a los favores de la incondicional Clarisa. Esa amiguita que acababa de conocer hacía unos meses, con quien había establecido infranqueables lazos de solidaridad mutua en una de esas salidas furtivas por las tardes en que ambas corrían al encuentro de sus respectivos amantes.
Cuento publicado en el número 1 de la revista impresa
Sol de Ciegos de la Universidad La Cantuta.

Fernando Carrasco
(Lima 1976)
Egresado de la U.N.E.
Maestría en Literatura Peruana y Latinoamericana en la UNMSM.
Libro: "Cantar de Helena Y otras muertes"

12/7/08

Gustavo Armijos



EL GRAN BANQUETE FINAL


Se levantan los efluvios por doquier
y el viento lleva aromas hacia los acantilados
en el Paseo de los Héroes Navales del infinito.

Desdichado y a pie puedo llegar hasta la tumba
de mis hermanos que me han ganado la partida.
Existe tenue pared de arena y las rosas, girasoles
y gardenias suben hasta el corazón de las criaturas
cuyos ojos enrojecidos por el llanto
ocultan sus rasgos desgarrados de impotencia-

Es la muerte en el Parque del Recuerdo.
Infamia y ternura se mezclan como constelación
de aldeanos que observan un cielo límpido.
El grass es un espejo donde podemos mirarnos
en la morada eterna del tormento o del descanso.

Mi resistencia te surte de gritos lúgubres
con actitud amenazante contra el infortunio.
Muerte definición exacta de cuervos en su jornada
premunidos del azar presuroso y emponzoñado.
Se funden las cadenas de la vida los pensamientos
engrillados suben hasta la pequeña capilla.
Javier (1954), Sergio (1955) juntos esperando la convocatoria
en el campo santo donde existen esperanzas
observamos los abuelos juntos para el gran banquete.
Que viva la eternidad furtiva del descanso
después de la agradable muerte,
en ofrenda de la vida eterna.

Estoy abandonado en medio de la vida pasajera
en los predios de la mangachería irremplazable
donde pido un remedio para mi dolor.
Mi tristeza convoca un suspiro desgarrado
y digo que mi eco es un llamado a las pálidas esperanzas
enfermo no oculto mi mal a compañeros de infortunio,

En las noches me siento a la puerta de mi casa
donde espero piedad para mi alma.
Y oculto mi infortunio a los bienhechores
y al médico que me infringe mayores aflicciones.
Trata de curarme para derrotar a la cruel enfermedad.
Desnudando las inquietudes de la soledad de los
elevados de concreto armado por donde desfilan los
autos a grandes velocidades donde vuelan hojas
de mi pérdida historia clínica desaparecida como
pez en el gran océano de la implacable soledad.

Nunca obtuve ganancia alguna por hecho ilícito
de bienhechores hombres opulantes pero llenos de avaricia.
Insisten en sus elogios los farsantes con sus ojos zarcos
ante los bastonazos de la justicia y franqueza.

Sino diré que los hombres de otras tierras me ofrecen halago
muchas veces negado en mis dominios
ahora que marcharé para siempre al infinito.

11/7/08

Eduardo Rojas

Hay hermanos muchísimo que hacer
César Vallejo


Se inició campaña por salud del joven poeta
Eduardo Borjas.

II
Hay en el suelo una par de zapatos blancos obsoletos
un álbum de fotografías
Hay un techo y hacia él apuntan los dolores
es una escalera para salir huyendo hacia la noche
Hay banquetas y señalizaciones de una estación
por donde nunca pasó el tren
un gato de hojalata en pie sobre
un montículo de muebles raídos
gallinazos y gaviotas
se detienen frente al horror de la procreacion
es un roedor se abre paso entre las
flores ni inciensos
sólo quedan los preservativos
de las cálidas noches de invierno
cuando las mujeres hacían el amor como en un antiguo ritual

9/7/08

Cesáreo Martínez

Entrada

Si una luz se enciende para abolir las tinieblas
entre los hombres y no se extingue através de los siglos
y el tiempo se refleja nítidamente en ella, y si permanece
a pesar de toda tragedia o comedia, socorriendo los actos
atinados y desatinados, y los hombres aprenden
a convivir bajo su dominio, convertidos en animales sanos,
amables y productivos,es que irrumpió en el frío firmamaneto
un Sol de Ciegos.


G

Codicia la Rosa

Codicia la rosa entre brasas
Raudos relámpagos parpadean ante sus ojos
Cruzan delirantes y no lo permiten
acallar el grito
Él percibe la rosa desde los abismos
La rosa que florece y el Sol que fenece
El Sol que florece y la rosa que fosforece
Luces, todas vegetalmente asombrosas
Fulgor ingenio, insurgente y el ojo acechando,
codicioso
Ojo furioso que fustiga y fatiga, impaciente
Ojo dichoso que amanece ante la faz de la rosa
No ha surgido la rosa que codicia
Sino ésta, la inocente, la común, la urgente.

De: Sol de ciegos
(Libro póstumo)
U.N.E._Lima-2008



Sol de ciegos quiere ser entonces el radar con que
atravesamos las tinieblas, orientándonos en el sentido
pleno de la vida.Pero no de una vida reflexiva, sino
instintiva, propia de los animales, con lo que Cesáreo
Martínez ya se instala en un discurso que elimina
todo conducto racional para dejar entrada a la
sensoralidad, una sensorialidad nacida de una nueva
contradicción: la pérdida del más dominante de
nuestros sentidos (la vista) nos plantea la mayor de
las exigencias.
Tulio Mora

3/7/08

Mario Espinoza Anicama

Hogueras

Llegas con las alas cansadas,
con el granomás fecundo
entre tus garras
desgranando tu último alarido
de vuelo vagabundo en las montañas.

Ahora hace falta que lastimes la leña
y no hagas ruido donde
el sueño quema.

Las voces lastimeras se alimentan
de tu pan crocante en su dialéctica,
indagando por el niño que cobijas
como un pájaro engendrado
en tus venas.

¡Oh, humanidad! Sigues padeciendo
a ras del suelo. Bamboleando
entre quimeras
cuando acercas al calor de tus prodigios
el amor que va sangrándote
por fuera.

(Pisco-Ica 1943)

Nadie Huamán Rojas

Flor
Flor
Intenta amarme
Otra vez;
Pero no envejezcas
En tu espinal,
Me vas ha herir.
Flor, florcita, flor;
Permíteme solo tocarte
Y los dos cabalgaremos
Eternamente
Por los senderos del amor.
S/T
Cuando me siento morir
...en el invierno,
tu voz
calienta mi alma.
Chosica-1945)

1/7/08

Orlando Ordóñes Santos

FALACIAS

Inesperadas madrugadas fueron
tildando con ahínco
en cada uno de los pasos tambaleantes
que se escurrían cuando la sorda noche.

Distantes aullidos remecían la torva
instancia cuando caído el trino prisionero
apenas podía pedir para sus arenales
otro poco del discurrir agrio del ausente.

Detonantes corolas silvestres adornaban
la palestra donde rasgando a la vida
descuartizaríamos sin arrepentimiento
la última limosna de piedad anochecida.

Extenuados las fuerzas de tanto atar
los sueltos caminos sin rumbo, vuelven
otra vez a desafinar la melodía arisca
e insensata con su abrazo de alud desbocado.

Extemporánea migaja resbalada
del alto péndulo donde el privilegio
con sus fanfarrias arrasan toda equidad
téngame al lado del hambre insurrecto.

Redención del hombre libre exculpa ya
al destino, a los que sueñan con abismos.
En tiempo de mordazas al pan, bendito pan
no mal uses las palabras, lo falaz pierde
desgraciadamente.

Orlando Ordoñes

(Muqui, Jauja - 1948)

Luis Yáñez


CASA MÍA

Mi casa,
así como las sombras,
se alzaba en el vacío;
y desde allí
mostraba indiferente a la ciudad
su rostro,
pero también el mío.

Las sombras y el vacío
dispusieron en ella
meticulosamente
a un lado,
la pobreza;
al otro lado,
el frío.

Y al frente,
justo al frente,
donde se guareció mi desvarío,
la tristeza,
el amor,
la soledad
y el huracán
del río.

Luis Yáñez
(Arequipa 1931)


Difusor de la narrativa peruana con su obra:
“Cuentos Peruanos”(2 volúmenes).
Casa mía es un poema inédito que pertenece a la
selección de Cantos de amor y de fuego a Arequipa.

Joan Viva



OTRA DE FAUNOS Y NINFAS


Sonriendo a los faunos
Danzan las amapolas
Disfrutando el manjar
De los solitarios grillos

Durmiendo en el regazo
De las blancas espumas
De a poco van despertando
Ninfas de los bosques
Dulces y acuosas beldades
Deseosas de satisfacer
Los más innumerables
Placeres de aquel encantado

Descansando aun los
Leñadores
Dormidos por los dulces
Cantos de las gracias
Despertaran en breve
Y saciaran su sed de hombre
Desvirgando mil veces
A las ninfas de los bosques.


Joan Viva

Lima-1971. Egresado de la U.N.M.S.M.
dirige el portal Web de la Casa del Poeta Peruano.
www.letrayartes.com/casadelpoeta

José Antonio Palacios



TARDE DE SOL


Melancolía, sueños sobrecargados
ilusiones, buen aire, penas
esperanzas, mi enfermedad
y una que otra lágrima.

Bostezos, cansancio.
el sol que escapa en las cortinas
el polvo que entra por las ventanas
los libros, los muebles
…un solitario y su soledad.

Una mosca lamiéndose la miel
de los restos de bebidas
cuadros que sienten a lo lejos
los ruidos de motores
…un cuerpo adolorido.

Ramos de rosas
versos efervescentes
versos cortos, versos largos,
versos muertos
…un poeta.

Un suspiro, el humo de un cigarro
una sombra que declina
el reloj que desespera y un canto
las palabras de un niño
…un poema.


José Antonio Palacios
Profesor y difusor cultural.
Integrante del Colectivo Cultural.
“Punto Seguido” S.J.L

Alejandro Medina Bustinza



DISTANCIA

Al amanecer
¡ay retama retamitay…!
sin tus ojos
el firmamento
esta afligido
nebuloso
friolento y lejano.

Está lluvioso
y ha prolongado
el temporal
en turbios enojos
sobre mis paraguas
deshojadas.

Al atardecer
¡ay retama retamitay…!
con tu ausencia
ha crecido inmenso
el callado de la noche.

Ha caído siete veces
la distancia
justo en el kilómetro
de tu partida
y el café amargo
ha desgarrado
las tertulias
de mis últimos versos
que fueron dedicados
sólo para ti.

Mañana al anochecer
¡ay retama retamitay…!
tú ya no estarás en la canción
y ya no habrá música para mí.

De “Ojos Tocuyo” (2004)

Américo Valdivia Solari



VOY TRAS DE TI


Voy tras de ti,
Poesía
Buscando mis raíces,
Mis ancestros en el tiempo
La tristeza de la arqueología.

Todos los lamentos
De este pueblo con historia,
Que ha vivido las tragedias,
Que ha luchado entre las sombras
Contra ti, poesía.

Porque la vida y la muerte
La tristeza y la alegría
El dolor y el placer,
Somos como tú, poesía.

Y mi pueblo es de lucha
A pesar del dolor
Que dormita en la sombra,
A pesar de ignominias,
De vulgares afrentas,
Eres tú, pueblo mío,
En la paz y en la guerra
Un amor encendido
Como tú poesía.

(Chosica-1951)

Salomón Valderrama Cruz



LA NOCHE GRADIA

A los cuarenta estoy con un palmo de nariz.
Me parece haber leído tanto y no haber consumado
el placer. Regenta de mi cuerpo, de esta piel bajo la
que fluye aceite.
Carmen Ollé

Al caminar siempre dejamos
El rastro negro de la inocencia perdida

En esta noche gradia sin sombras de día y de hora
De vuelo o de algo más escarlata

El galope de las hembras sobre el vidrio

Cuando se cae de la boca y tienes que chupar
Al estirar la lengua e inclinar los ojos
Y doblarte perfectamente
Para no permitir la elevación cruel de un dolor que ya no duela

Y miras a la luna como desnuda en su franja roga
Pues es la hora del eclipse

Cuando la luna fabrica su venganza
Cuando le arrancha al sol el día
Cuando copula impunemente al amante entre Sol y Tierra

Tres para hacer la orgía del brazo séptimo de la Vía Láctea
Y hacer girar con ella el poema en sexo

Génesis de la inocencia tardía en seso
El alimón cuadrado
Que en todo animal está naciendo al caminar
Siempre detrás de la inocencia
De la franja roga gradia y perdida.

Salomón Valderrama Cruz
(La Libertad- 1979)

Jack Flores


CUENTO:
SUICIDA

No tenía una razón para vivir, tampoco una para morir, y,
asustado, se pasó el resto de su vida tratando de encontrar una de estas.


EL MONO

Érase una mujer que conoció a un hombre muy guapo.
Le puso corbata y saco y lo llevó a pasear del brazo
(el hombre, ¡feliz!, se sentía mono).
Otro día, la mujer lo llevó a un salón de baile
y el hombre guapo, al escuchar la música, se puso
a bailar dando repetidos saltos (realmente bailaba como mono).
A la siguiente salida, la mujer lo llevo a comer
a un lujoso restaurante; le puso bebidas y platillos
deliciosos, postres y frutas de distintas regiones;
pero, ¡oh!, desilusión; el hombre guapo solo comía plátanos
(tenía, indudablemente, gustos de mono).
Sucedió, entonces, que al hombre guapo le
empezaron a salir pelos; pelos en las manos, en
el rostro, en el pecho, por todo el cuerpo pelos. Y
como el hombre ya no era muy guapo
–se dice incluso que le empezó a crecer una peluda cola
-, la mujer compró una jaula y lo encerró…y se
entretenía dándole de comer plátanos.
Desde entonces, ya nunca más se volvió a ver pasear por
las calles a la mujer y al hombre guapo.

De: La Casa de Arguedas
Lima 2008

Niko Velita


A PÓLVORA DE DINAMITA
(fragmento)
Nací el 72
en un asentamiento minero
donde el humo de pólvora
se filtraba hasta la tos convulsiva
Que la dinamita volaba y volaba
rocas milenarias hacia el polvo hiriente
con esquirlas huyendo hacia los puntos cardinales
Por eso el 82
cuando volaron la comisaría
en la avenida Argentina
hui cuando la policía
hablaba de absorción atómica
Tenía más de cinco años
Impregnado con humo carcelero

Nací el 72
cuando los mineros con dinamita en manos
a zancadas marchaban contra palacio
y en orden alfabético
Que un gobierno militar
socialista cristiano diciendo
se guardaba la hostia de los mineros
Por eso el 92
cuando acribillaron a seis militares
en pampa Grande emboscados
hui cuando la policía
hablaba de absorción atómica
Tenía casi cinco años
contra palacio en hombros de mi padre
Serán mineros
serán mineros
decían

Patty Camacho

ROTAS LAS COPAS

Caminos sin fin
recorren las canefas de mi piel

tocarlas
el mayor
de mis pecados
la desconfianza de ver
mis propios surcos
las orillas
de mi vientre
el sin fin

de mi misma
intente reinventarme
volver a morir
mil veces
sacar
de sus orbitas mis delineados ojos
quieren ver más
saber porque existen
solo fue coincidir
dormir
mil noches
estrangular
mis sueños
hacer que los hambrientos
gallinazos los devoren
último deseo
verte
primera necesidad
escupir en el espejo
la farsante
mentira

(2008)

Patty Camacho

José Pancorvo


EL DÍA

with others has thou no Hill to make company
Ezra Pound



Los poetas soñados que encontraste en los bosques
No veían las ramas ni sentían las voces
Los poetas soñados que subían al monte
No sentían los mantos ni las zarzas al roce
Los poetas soñados que veían Su doble
Llevaban en Sus ojos el día del endiose

No hay alguna alabanza con la que se alborocen
Con las nítidas cuerdas no toques ni pernoctes
A no ser que tú quieras perderte entre sus dones
Como la luz en águila por dentro te transformes
Avanza como nube de caza por los cofres
Avanza que te esperan los soñados mayores

Entra ahora a su niebla para que te abandones
Como a un río relámpago donde pierdes los nombres
Los soñados poetas que aspiraste en los bosques
No veían las ramas ni sentían las voces
Los poetas soñados que veían Tu doble
Llevaban en Tus ojos el día del endiose.

De: “Profeta el Cielo”

José Pancorvo
(Lima, 1952)
Breve Antología Poética-Enero 2006

Manuel Odar Bejarano

INCERTIDUMBRE

Cuando el arado del tiempo haya pasado,
dejando en mi rostro sus huellas,
¿habrá alguien quien las borre
o que al menos la conduela?

Cuando mis manos temblorosas
no permitan sostenerme,
¿Contaré con un brazo amigo
que ayude a levantarme?

Cuando mis pies ya cansados
se resistan a dar paso,
y mis ojos agotados me nieguen la dicha de verte,
¿Te tendré cerca de mi lado, amada mía,
para poder acariciarte?

Finalmente, cuando me llegue la hora de partir,
cuando de mí nadie se acuerde,
¿Siquiera una lagrima tuya se derramará por mí?

(1965)

MANUEL DE LA CRUZ ODAR BEJARANO

Ulises Valencia

ABAJO, DONDE EL SOL SE DOBLA

Donde las águilas apenas
dan uno con otro el aletazo muerto
donde la piel no es más
que máscara ridícula en destiempo
y nos cuesta mucho el toser
yo me voy a sudar con este frío
apegado a mis pies encallecidos
a mi mirar que me convierte en un espectro
y aunque es ridículo
lo quiero feliz como el primer día.
Pero, salpicado de espumas vacilantes
me detengo para mirar el triste cuadro
mas, poco a poco
de la niebla de esa nada fría
se ven materializar rostros amigos
y son hermanos, que antaño se han perdido
a pesar que estaban y qué cerca
miro el prieto de su piel, su hablar entrecortado
y me retrato en ellos, pues soy yo mismo
miro y el rincón del hogar me acoge
como ayer, como hoy y como siempre
ya no sé reír o llorar con esta suerte
pero corro sin más dudas, mis hermanos
aquí con ustedes, capeando el infortunio
ya me quedo para no irme nunca más.

De:Tiempo (1995)

Ulises Valencia.

Juan Benavente

BODEGÓN


Alguien vio y de inmediato pasó la voz, primero a los dirigentes, luego a más vecinos, entonces apresurados todos se juntaron y a la orden del principal dirigente irrumpieron la noche oscura y silenciosa. A lo lejos, cerca al basural se percibía tenue iluminación la de un foco que a duras penas sólo alumbraba parte del poste y un reducido espacio a su alrededor; sin embargo cuando lo inauguraron, ocasionó una fiesta de amanecida con cerveza, ron y cajón.

Agrupados y ocultos detrás de las seis columnas de ladrillo, eran quince que se consideraban fornidos guerreros, aunque a decir verdad sólo tres de ellos tenían tales características. Con impaciencia observaban la presa, cuando se escuchó una voz no tan alta, pero llena de ira, resbaló violentamente hasta los oídos de algunos de ellos.
- ¡Ahora le sacamos la mierda! ¿No, Jesús?
- Un momento, sólo hay que cogerlo y llevarlo a la comisaría, porque así hemos acordado con el sargento; además es uno solo, no veo a nadie más. Hasta que precisó el momento y gritó.
- ¡Ahora! -. Inmediatamente, al culminar con la última sílaba se abalanzaron como feroces lobos ante su presa. Tomado por sorpresa y jaloneado, desesperado no tuvo tiempo de ubicar sus movimientos. Los gritos y los quejidos se estrechaban, destejiendo desordenadamente la oscuridad de la noche. Ante tal alboroto, algunos, cuyas casas estaban cerca, alumbraban con su lamparín el episodio, aún sin entender, sólo se limitaban a mirar, la silueta de la masa humana que iba y venía de un lado a otro. Para los que participan directamente se constituyó en una hazaña más. Después de buen tiempo lograban capturar en base al cartel a la vista: “PROHIBIDO BOTAR BASURA, SO PENA DE CÁRCEL”. El bullicio crecía en la medida que se acercaban a la comisaría. Ya no eran quince, sino más de cincuenta que acompañaban a los tres que fuertemente sujetaban al asustado individuo y seguían a Jesús.
- ¡Alto! ¡Quién anda!
- ¡Soy Jesús Arzapalo, mi jefe!
- ¡Qué deseas!
- Quiero hablar con el Comisario. ¡Aquí le traigo a un indeseable!

El guardia se le acercó sigilosamente y al constatar pidió que sólo ingresaran Jesús y los tres con el sujeto.

- ¡Esperen aquí un momento! – ordenó, señalando el filo de la única acera que había en el lugar.

El Comisario se presentó y mirándolos fijamente por un momento refirió:

- ¿Qué te trae por aquí Cholo?
- Mire mi comisario, usted sabe que nosotros habíamos puesto un cartel que nos envió la Municipalidad para que no ensucien nuestras calles.
- Así es.
- Pues, aquí tenemos a este tipo…
- Ya entiendo… ya era hora hombre; ustedes no sabían quién era el que acumulaba basura frente a sus puertas y este infeliz, era el que les hacía el “avión”, ja, ja, ja…

El comisario soltó una risa por demás burlona, mientras que el individuo con la cabeza gacha observaba haciendo esfuerzo con sus pequeños ojos que a las justas podían captar las imágenes.

- ¡Cómo te llamas!
- Dioni…sio
- ¡Dionisio, qué!
- Dionisio Guarhuachi… señor…
- ¡Ja, ja, ja, ustedes me han traído un cómico o qué carajo! ¡ja, ja, ja! -. Vociferaba el comisario, secundado por los cuatro guardias que encontrábanse acosando a Dionisio cada vez que podían.
- Así es que tú eres el cochino que ensucia el pueblo. ¡No te da vergüenza!
- Así es mi Comisario -. Interrumpe uno de los acusadores – ¡nosotros los sorprendimos y aquí está el bulto de este fulano! – Tiró el costalillo a los pies del viejo adolorido que no cesaba de mirarlo -. Todas las noches bota basura en nuestras calles, ahora no ha podido escapar.
- ¡Mentira! – Indignado, con trémula voz rompió su silencio, el viejo Dionisio.
- ¡No grite aquí carajo! - Le dio un empujón que hizo tambalear sus setenta años, dejándolo de rodillas. - ¡Por qué mentira! ¿Y eso qué es?
Dionisio, aprovechó la posición en que había quedado para tomar el bulto y uno a uno sacaba lo que tenía dentro. Un silencioso llanto interior acompañó su hablar y su lento movimiento.

- Yo no hice daño a nadie con llevarme esto para mis nietecitos que no tienen padres. No estoy ensuciando el pueblo… señor.

Al costado del costalillo sucio, colocó un pollo muerto, un trozo de hueso, seguramente de res, un manojo de hierbas y un zapatito viejo.


Juan Benavente / Lima, 1983.

Fernando Carrasco Núñez

LA CAÍDA

Un mismo sueño lo había perseguido durante toda su vida. En realidad eran distintos sueños, pero compartían el mismo final absurdo: siempre terminaba subiendo, desquiciadamente, las escaleras de un viejo edificio hasta ganar la enorme azotea. Llegaba hasta el borde y desde allí contemplaba la ciudad. Sentía el viento acariciando su rostro. Luego fijaba sus ojos hacia abajo y veía, empequeñecidos, a los automóviles y transeúntes que se desplazaban incesantes. El vértigo que le propiciaba imaginarse cayendo lentamente como una hoja de papel lo envolvía de una extraña e infinita embriaguez.En su niñez se soñaba jugando en el patio de un edificio. En su adolescencia se soñaba leyendo en el balcón de un vetusto hotel. Otras veces, en su juventud, se soñaba retozando con una mujer en un alicaído hostal. Y en lo mejor de los sueños, súbitamente, emprendía la enloquecida carrera hacia la azotea. Ahora se encontraba soñando nuevamente. Había llegado una vez más a la azotea de siempre. Ya estaba en el borde otra vez. Volvió a contemplar la ciudad completa. Volvió a sentir el viento nocturno acariciando su rostro. Fue testigo otra vez del movimiento incesante de los automóviles y los transeúntes. Y volvió a sentir el goce extremo propiciado por el vértigo de sentirse caer irremediablemente. Fue entonces que se entregó al vacío. En una fracción de segundo gozó de un sueño feliz dentro de su propio sueño.
Sintió una intensa sensación desconocida por siempre. Luego vino el impacto previsible. Y las luces de la ciudad soñada se apagaron para siempre. Despertó.La noche siguiente el hombre intentó soñar de manera infructuosa. Deseaba sentir la misma sensación experimentada en el sueño. Anhelaba repetir esa caída una y otra vez. Nunca más volvió a soñar. Pero volvió a sentir la embriaguez conocida en el sueño el día de su muerte. Fue una noche fría. El hombre se dejó caer desde un edifico de su ciudad que, aquella vez, no era soñada por nadie.
Fernando Carrasco Núñez, Los sueños y la muerte.

Eva Velásquez

DUENDECILLOS

Cuando cruzaba el Pasamayo
duendes
invadieron
el bus
abrieron la botella de champagne
que traía el más gordito
el de color naranja
entusiasmados cantaban sinfonías hechizadas
un piano gris recorría el bus
jugaban con sus teclas argentadas
preguntaban a cada pasajero
su nombre y apellido
creaban rimas con ellos
y se burlaban de los nombres extraños
el bus volaba sobre el mar perfecto
de las seis de la mañana
tranquilo
divino
brillante
Pacíficolo
s duendes saltaban al mar
y jugaban en sus olas
con sus manos muy rojitas
hacían hoyos en el agua
y extraían pececitos
con sirenas enamoradas
de sus locuras verdirrojas de cada mes de marzo
cuando tienen permiso de sus padres
para ir a la tierra a fastidiar a los humanos
luego se sentaron sobre el bus
y bailaron cascanueces con las sirenas
los pececitos aplaudían embelesados
por la ternura del momento
después nos miraron por las ventanas
y empezaron a reírse de nuestras caras embobadas
con aires de miedo
el más travieso el gordito de color naranjanos
hacía muecas y mostraba el rabito
con colita de conejo
luego saludaba con su sombrero de paja
a cada uno de los pasajeros y nos daba caramelos
en forma
de luna y cielo
ola y tierra
era el momento más divino que hasta ahora había vivido
siete de la mañana el bus volvió a la ruta
los duendecillos se despidieron y nos dejaron sus e-mails
los muy bandidos tenían la clave secreta
de cada uno de nuestros correos
miré por la ventana el gordito de color naranja
se despidió con un beso y me invitó a su cumpleaños
en el mes de marzo
del año 10006
te estaré esperando me dijo
aquí en el Pasamayo a las seis de la mañana
trae tus poemas
yo te daré mis caramelos
y la magia de los duendes.
Eva Velásquez, Duendes en el bus.

William Gonzales Pérez




SE DESLUMBRA UN CIELO ENSANGRENTADO


Una lágrima, la contestación del corazón
como el centro del cielo ensangrentado
por los años sin alimentos
con las condecoraciones frustradas
en la última sangrienta batalla

Las mentiras condenadas con sangre
libertad devorada con el puñal
el aire cortado con la rama de la flor marchita
en la respiración a medio caminar
y la historia pisoteado por el ir y venir
del papel que por primera vez pasó la puerta
las vitaminas fueron escondidas bajo el río
la sed que velozmente cubre mi cuerpo

Mi pecho se va achicando temblorosamente
ya no caminante
párpados buscando la luz,
el morir del verso y su canción
veloz fuego que sube por las manos
gastados bajo el sol,
cómo describir la noche sin nombrarme
cómo repudiar sus labios fantasmales
ahora lejos de la orilla con infinito silencio
con el feroz clamor de la muerte
sin un perfume soñador o delicado
descansar queda de la estrella perdida
sin destino cerrando tus ojos
sin tocar tus años majestuosos
sin abrazos, ni cuentos ausentes.




GOLPEANDO LA ORILLA DE NUESTROS CUERPOS


La vida envuelta desordenada llena de cosas
despertamos con lágrimas que nunca soñamos,
el viento contesta nuestra enfurecida voz
y tiembla la tierra como contestando de manera
que desvela la siesta

Las paredes de una manera a este tiempo
escriben esa palabra extraviada
arrojada al aire
y se vuelve una amante
sin ley ni recuerdos.

Fantasmalmente la desolación se hace historia
en la almohada entre las sábanas
se preparan los desnudos acontecimientos
también de boca en boca
más de los treinta el camino se vuelve angosto
un espejo donde solamente se refleja la muerte
que se asoma con sus manos presurosa,
la vacía entrada diariamente recibe
a los inesperados ojos que vigilan
nuestro actuar
golpeando la orilla de nuestros cuerpos
para que nos movamos
y no quedarnos mutilados jamás.




PERDIDA LA NOCHE UNA VEZ MÁS


Ahora que he visitado el sufrimiento
soy testigo que a veces la vida cansa,
e intranquilamente observamos el horizonte
con su mar, con nuestra propia autodestrucción
comportándonos casi infantil,
buscando algún motivo
jugamos como un fuego desconocido
llena de ocultas consecuencias
hay puentes que se prestan para borrar la verdad
la verdadera angustia.

Y seguimos mirando en los parques un beso,
adornos que no duran para siempre
vivencias infortuitas que uno a de pasar
avisado o como una sorpresiva cachetada al corazón

Salir de esta prisión, de la tristeza que crece mis manos
del amargo silencio de los días en que se
agudiza estos pensamientos confusos y de furor

Perdida la noche una vez más,
observar como catastróficamente tu rostro
se hunde en la tumba de mis pensamientos
es tratar de crear un día de colores
e indiscutible presión de encontrar otra
sangre que corra por mis venas.




SUFRIMIENTO EN LOS PIES, EN EL CORAZÓN
ENSANGRENTADO DE ODIO




Mutilados quedaron los días por tanto desorden,
desorden en la casa en la que habitamos,
habitamos entre cuatro paredes entre complejos y quejas,
quejas hecha furia donde se elevan las locuras,
locuras en la calle, en la ciudad en un mundo confuso,
confuso hoy me siento y las quejas se las lleva el viento,
viento con dirección al sur oeste de tus miradas ajenas
ajenas y rutinarias a veces difícil de entender,
entender sin dirección la historia perdida hablará,
hablará como en aquel pasado que se hizo humo gris,
gris están los parques, las escuelas, la tierra que consumimos,
consumimos lo que nos dan o conseguimos
conseguimos hablar, encender y hasta dialogar
dialogar de lo perdido muchas luces pasarán
pasarán los testimonios de alegría, y sufrimiento,
sufrimiento en los pies en el corazón ensangrentado de odio,
odio innecesario para luego pedir perdón
perdón en las iglesias de donde regresas tranquilo
tranquilo el cuerpo, casi purificado y con mucho de verdad
verdad que conozco poco de la vida abandonada en las esquinas,
esquinas llenas de sombra y mojado el pavimento
pavimento abandonado, silenciosa hasta la llegada de una flor
flor que no deseamos que se marchite y este solitaria
solitaria te encontraré en el infierno de la noche
noche de depresión, de pensamientos encontrados
encontrados sobre el césped casi oculto
y todo, todo se ha consumado.





UN MIL LABIOS HUMILLACIONES


Perdiste el tiempo de tus sueños
tus palabras todavía siguen deambulando su origen
toda decapitada, sin destino
convertida en una enfermedad echada al mar
sin alcanzar la luz, se desborda el lenguaje
sugiriendo un frescor bajo el sol
un misterioso resplandor
hace fluir las letras
con voluntad todo se puede
es el escenario de un pensamiento sublime
una raíz descubierta a la hora del té
un viaje original con peripecias
esparciendo el perfume de un amor
a veces encarcelado y clandestino.

Hoy me escondo de esas censuradas e injustas
un mil labios humillaciones
sólo se desea esa compañía
ese aire de corazón a todo vapor

hacia el horizonte me dirijo en este día inmortal
donde esa presencia tuya
crea una vida útil
sin molestar
estampando poesía por todos lados
con una carcajada cargada con estas manos
que son tuyas,
que son mías.





MUCHOS SUEÑOS SON SEPULTADOS POR LOS
RECUERDOS DEL HOMBRE


La frontera
la corriente que no se puede cruzar desnudo
donde muchos sueños son sepultados
el fuego de la multitud de un y venir
donde se estalla la vida,
donde se inicia los sueños
la transformación del hombre
que ingresa en soledad
cruzando el río desnudo
las palabras no son nada
los recuerdos quedan detrás
el viento, las lluvias, el hombre, un olvido
destino incierto si a de llegar a la meta,
las horas se vuelven días
y esos días son un tormento
la noche más negra que nunca
sin sombra que acompaña
ni palabras o música conocidas
sólo la penumbra
donde alguna estrella cae vertiginosamente,
variadas formas de pasar la valla
documentado fichado
o bajo la tempestad del desierto
que te exprime
te devora
y te arroja.



LA VIGENCIA DEL TRABAJO
Y EL AMOR DESCONOCIDO


Una mañana bajo el sol naciente
trabajando, enfrentándose a las horas de trabajo
envejeciendo, gastando el cuerpo humano
no tenemos el poder,
alimento indispensable que compartir
observar cómo se va quebrando las manos
sin encontrar tu mirada

La esperanza es lo que queda
conformidad para algunos
transeúnte nocturno del día en que te vi
melodías que transcurren por las venas
a más de mil por hora sin detener el tiempo
existimos hoy para contar las monedas
y dividirlas a más no poder
acaso estamos condenados
a existir con malos recuerdos
amiga mía no alargues el quebranto
acaso no sientes el esfuerzo
de este trabajo que me oprime
a veces injusta
dificultosa
temeraria
y siguiendo con el sacramental comienzo
sólo queda lanzar más versos al aire

Si me enseñas a vivir
te llevaría no desconocida
en mis compras, sueños
en mi acostumbrado y cariñoso momento.

LETRA SUELTA CULTURAL

El amor por la poesía crece en forma paulatina y se ve reflejado en la publicación constante (a pesar de la situación actual del pais) de libros, revistas entre otros trabajos de creación.La creatividad y el entusiasmo permiten la aparición de "Letra Suelta", revista que busca el continuo contacto con lo último en poesía y narrativa; además de notas acerca de escritores reconocidos através del tiempoNuestro objetivo está orientado a difundir cultura y alentar la produccíon literaria.