14/12/15

NATALIA VARGAS


DEL CABALLO.

...quiero que andes suelto para apreciar tu belleza... 
entonces se que no te tengo bajo mi poder bajo mi dominio... 
te puedes ir lejos y te siento a veces irreal... 
pero te paseas libremente por los campos en la naturaleza... 
he de fusionarme con ella y sentiré tus pisadas y tus músculos y me transportaras...




3/12/15

LECCIONES PARA UN SUICIDA / JACK FLORES




Acerca de Lecciones para un suicida


LA MEMORIA Y EL OTRO
Nueve cuentos de amor, locura y muerte. Ese puede haber sido el subtítulo del primer libro del joven narrador Jack Flores Vega, Lecciones para un suicida (Ediciones VL, Lima, 2001, 89 pp). Y ello porque, en efecto, el conjunto de relatos que reseñamos remite al espectáculo de las pasiones humanas. El repertorio de temas es notoriamente patético –entendido este último vocablo estrictamente en términos etimológicos-. Crímenes pasionales, asesinatos, desamparo, seducciones y dos suicidios sirven para delinear las conflictivas vidas y los dilemas existenciales de sus personajes, que no por azar –como veremos más adelante- son exclusivamente pobladores de asentamientos humanos ubicados en los márgenes de la capital de la República.

Flores Vega ha confeccionado su comedia humana echando mano a técnicas literarias modernas, tales como el monólogo interior, el narrador omnisciente y los diálogos intercalados, todo ello puesto al servicio de una narración ágil, de índole casi exclusivamente realista, anecdótica, de efecto calculado, a veces humorístico, que sorprende y sobre todo entretiene al lector.

Pero quizá el rasgo más marcado es la evidente intención de los textos de enfocar algunos aspectos morales y políticos de la sociedad contemporánea que afectan directamente a un sector marginal de la población limeña. Lecciones para un suicida, por ello, puede considerarse como una exploración de la cultura del migrante, que contrasta y entra en crisis al contacto con la cultura dominante de la capital.


La anécdota y la identidad

Una lavandera le cuenta a su patrona cómo conoció a su esposo. Un preso le cuenta a otro preso cómo su comunidad ajustició a un ratero. Un hombre cuenta a sus amigos cómo su abuela visitó el cielo y el infierno. Es curioso comprobar que en tres cuentos que conforman Lecciones para un suicida se repite la misma situación comunicativa en la que un personaje ficcional cuenta una historia a un auditorio también ficcional.

Como en las muñecas rusas o las cajas chinas, los cuentos Linchamiento, El que piensa y El enviado enmarcan cada uno un cuento dentro de sí, que en los tres casos citados adopta el género de anécdota.

En Linchamiento, probablemente el mejor cuento del libro, la anécdota es la siguiente: un grupo de pobladores de un asentamiento humano da muerte a un extraño que entró a la vivienda de uno de ellos para robar y violar a una niña, aprovechando que las personas mayores se hallaban departiendo en una actividad comunal –una pollada-. Sin embargo, el delincuente es apresado por los vecinos y recibe como castigo una muerte horrorosa: es bañado en gasolina y muere quemado. Cuando llega la policía para hacer las pesquisas e interrogar a los testigos del hecho, un efecto psicológico defensivo hace que nadie haya visto quien fue el que le prendió fuego al criminal. De esta manera, todos son responsables, pero nadie es culpable. Como Fuenteovejuna. Sin embargo, la policía detiene como sospechoso a un vecino, que es precisamente el que narra la historia. Este personaje –que tampoco vio nada y explica su ceguera porque no es un soplón –se muestra confiado ante su interlocutor (que es otro preso) en que pronto saldrá libre porque su comunidad lo respaldará en su defensa legal. Es decir, que para él no hubo crimen y tampoco por ello debe haber castigo. El tema principal, como se deduce, es el derecho que una comunidad tiene de quebrantar el orden moral oficial para defenderse de agresiones externas, amparándose en un concepto distinto de justicia. Es en otras palabras la abrupta emergencia de otra justicia, institución que puede ser comparada con la justicia popular.

Sin embargo, queremos remarcar el hecho de que pragmáticamente el cuento es la historia de un hombre que le cuenta una historia a otro hombre, y que pese a la vivacidad de la descripción realista que efectúa el personaje, él es productor de otro texto, cuya intención comunicativa no es describir notarialmente los hechos, sino elaborar una imagen de sí mismo y de su comunidad para explicar ante los demás (es decir a los otros) quien es.

Eso mismo sucede en El enviado: una madre de familia pobre hace memoria de cómo llegó a la capital y fija una versión ante su patrona en la que ella aparece como una chica de pueblo seducida por un hombre carnavalesco que la trajo a Lima, tuvo cuatro hijos con ella y la abandonó escapándose con su propia hermana. A diferencia del anterior cuento esta versión sirve ya no como simulacro de la historia de la comunidad, sino es una apretada biografía de uno de sus integrantes. En ese plano, en el individual y específicamente en el que corresponde al género, el cuento es la historia de una mujer que le cuenta a otra mujer su vida. Quizá por ello el texto enfoca la idea del desamparo y la precariedad de las relaciones con lo masculino, es decir lo otro genérico.

En El que piensa un hombre se dirige a un grupo de amigos reunidos al aire libre y les revela que el diablo gobierna el mundo. Sin embargo, luego de procede a declarar que “este mundo lo hizo Dios”. Y explica esta versión en términos dinámicos: “Es decir uno trabaja y el otro se aprovecha de lo que el primer hizo”. Uno de los oyentes pide al narrador-protagonista que explique qué le hace pensar de ese modo tan peculiar. Es entonces cuando este narra la historia de su abuela, quien luego de morir se va al cielo e importuna a Dios y a Jesús exigiéndoles que piensen algo para remediar la situación en la que se halla el mundo (“es un mar de desgracias. Hay muchos mendigos y niños que lloran de hambre”, “muchos niños son golpeados y otros tantos son vendidos como bestias”, “Hay mucha injusticia en el mundo, unos pocos viven en la abundancia mientras una gran mayoría vive en la pobreza. Los jóvenes, desesperados y confundidos se drogan y se producen tantas guerras que llenan de luto a muchas familias”). Las dos divinidades le dicen que nada se puede hacer que lo que está escrito se cumplirá, y para que no cause una rebelión la expulsan del cielo. Satanás, quien recibe a la abuela, es también interpelado de la misma forma. Sin embargo, es más categórico en su respuesta: dice que ya todo está pensado y lo que ocurre en el mundo se ajusta a sus deseos. La fábula moral termina con la escena de la abuela “que se quedó a vivir en el infierno toda su vida”, pues era en ese sitio donde realmente encontró la verdad.

Este texto es particularmente interesante, pues es el único cuento del libro en donde el público ficcional es la misma comunidad. Todo indica, pues, que se trata de una reunión entre iguales. Pero llama poderosamente la atención que también sea el único relato de todo el libro en el que cambia el registro de escritura: ya no es realista, sino más bien fantástico. Para interpretar esa variación podemos recurrir a la semiología, uno de cuyos postulados señala que no existe comunicación posible entre iguales, es decir entre individuos que manejan el mismo código. La comunicación, el intercambio, pues, solo es posible con el otro. Y es aquí donde podemos plantear otro eje de otredad existente en el libro de Jack Flores Vega, basándonos en la relación del fabulador con su público. Ese otro, pues sería el artista de la palabra que a través de su imaginación puede trascender este mundo y ver las cosas como son y también como pueden ser.

Si homologamos el narrador de anécdotas ficcional de los cuentos con un paradigma de escritor constatamos que como actor ha logrado insertarse en su cultura mediante los poderosos y dinámicos atributos de la anécdota o la fábula moral revestida con aire de una remembranza o recuerdo.

Su estrategia puede ser descrita de manera sucinta de la siguiente forma: se trata en primer lugar de capturar la atención del público-lector con la promesa de la diversión, distrayéndolo de otras ocupaciones para, así mismo, transmitir o comunicar alguna información trascendente. Un artista así no solo ha hallado una forma eficaz de cohesionar a su comunidad, sino que también con su labor contribuye afanosamente a la conformación de la identidad de su auditorio suministrándoles una serie de valores.

Si echamos una hojeada a los demás cuentos de Lecciones para un suicida, comprobamos que muchos personajes ejercen dinámicamente los poderes de la memoria, muchas veces para sobrevivir, como es evidente en el relato titulado “El soldado desconocido”, donde la recuperación de su pasado sirve de reivindicación al protagonista (un viejo ex combatiente de la guerra del 41). En cuanto al cuento “¿Te acuerdas, Regina?”, creemos conveniente eximirnos de mayor comentario, pues una reseña debe incitar al lector a que explore el texto por sí mismo.

Baste decir que, en términos generales, la anécdota y la remembranza son recursos utilizados con bastante eficacia en el libro de Jack Flores Vega. Su valor reside en que son poderosas operaciones de la memoria y en ese sentido son una vía de relacionarnos con el pasado de algo o de alguien. Sin embargo, son también un simulacro de la historia, pues pretenden dar espesor a la vivencia del presente y posee el efecto gradual de acumulación de cierto tipo de información que debe ser fijada en la memoria de las personas y que de alguna manera pasa a ser su tradición.

Otro rasgo que no pasa desapercibido de Lecciones para un suicida es su vocación de entretener y la brevedad de los textos, que lo emparenta con una antigua y muy rica tradición de literatura popular. En ese sentido, el libro que hoy nos ocupa deriva filogenética y metafóricamente hablando de los almanaques, esos compendios de predicciones, calendarios, consejos médicos y agrícolas, anécdotas curiosas y fábulas morales, que constituyeron un medio de transmisión de cultura entre las clases populares, en España y Latinoamérica desde los siglos XVI al XIX, que no tenían acceso a la literatura o a los libros de historia. Hay que añadir que –pese a la fama, divulgada incluso por sus propios editores, de “servir solamente para divertir y decepcionar al vulgo”- no fue casualidad que cumplieran una función muy importante en la propagación de ideas políticas revolucionarias –específicamente liberales- en épocas de absolutismo.



Las imágenes del Otro (fin)

Como fenómeno social, la conformación de los pueblos jóvenes y asentamientos humanos en la capital ha merecido numerosos acercamientos, que van desde estudios y análisis de especialistas pertenecientes a distintas disciplinas sociales hasta las escenas difundidas por los medios de comunicación. De estos últimos tenemos grabadas las imágenes que adquirió el vertiginoso crecimiento de la capital: a un lado de la carretera, el horizonte se puebla de un coro de siluetas humanas que bajan de los cerros y empiezan a trabajar como hormigas. A la mañana se ve que han transformado el paisaje: amanece un enorme arenal minado de casuchas construidas con palos esteras. Invasores, les dicen.

En cuanto a los estudios académicos, los discursos adoptan el típico lenguaje de la ciencia a finales de la década de los setenta, un sociólogo afirmó que son fruto del “desborde popular y la crisis del Estado”. Y a mediados de los ochenta un economista los describió como “empresarios informales” y “germen de capitalismo popular”.

Finalmente, si –como dicen- una imagen vale más que mil palabras, podemos retrotraernos a las primeras líneas de esta reseña donde apuntábamos el carácter patético del repertorio de temas de Lecciones para un suicida, para señalar la identidad de estrategia de Jack Flores Vega con aquella practicada hace cientos de años por los magos de la memoria, como Giordano Bruno. Aquellos artífices recomendaban a aquellos oradores que quisieran imprimir en la mente de su auditorio conceptos o ideas duraderas que las alojasen mediante palabras en escenas monstruosas, es decir, con capacidad de mover, impresionar, mostrar, importando poco si son obscenas. Y es eso precisamente lo que se encuentra en el libro de Jack Flores Vega, a la venta en la caseta de fotocopias de la facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Gabriel Espinoza

Indeclinable Asombro (Haiku) / Antonio Ramírez Córdova



Antonio Ramírez








Texto de contratapa.


Como una muestra dejamos algunos haycus contenidos en este precioso libro:


Entre los pinos,
la música del viento
se vuelve pájaro
.....

Dulce veneno:
El roce de unos labios
a media noche
....

Azul intenso:
Alma suelta del cielo
en unos ojos.
...

Rosa marchita,
a la vera del paso
del caminante
...

Gran distracción:
El contemplar veleros
en la bahía.
....

Mujer desnuda.
Cuerpo de ánfora
frente al espejo.
....

Deseo ardiente:
Esa dama prohibida
del traje blanco
...

Torrente alado:
El beso de una dama
de rojos labios.
...

Honrar la vida
contra viento y marea.
La frente en alto.
...

Beso del aire.
Relente de la aurora
Feliz mañana.



Puerto Rico. Escritor. Nació en Bayamón. Poeta, dramaturgo, narrador y ensayista. Inicia su quehacer en la poesía durante sus años de estudio en la Universidad de Barcelona, España donde publica el poemario Humo y viento (1962). Dos de los premios literarios más importantes de Puerto Rico certifican su talento poético: el Primer Premio del Certamen de la Revista Mairena y el Premio Nacional de Poesía del Pen Club. Ambas distinciones obedecieron a su poemario Si la violeta cayese de tus manos (1984) incluido en el libro que el lector tiene en sus manos. Su excelencia como poeta metafísico se ha puesto de manifiesto en antologías como Poesía joven en Puerto Rico (1981) y Una sola torre (1987). Entre sus más recientes producciones poéticas se destacan Para cantarle al amor (1998), un decimario que lo sitúa, según la crítica, entre los cultivadores más sobresalientes de este género clásico, Llegará el tiempo y Renovada penumbra (Premio del Ateneo Puertorriqueño, 1986), ambos en prensa. Sus obras de teatro Yin y Yoni, Los diablos, Vacío tambor y Collage para un teatro total, entre otras, lo proyectan como uno de los dramaturgos puertorriqueños más innovadores y adelantados a su tiempo. Ha publicado su narrativa breve, de altos vuelos poéticos, en reconocidas revistas literarias de su país. Sus amplios conocimientos sobre música popular y deportes hacen de este escritor una figura asidua del periodismo especializado en estas materias. En la actualidad Antonio Ramírez Córdova es catedrático de la Universidad de Puerto Rico en Utuado donde enseña cursos de Literatura.

YINI RODRÍGUEZ - CRÓNICAS DE LA MARIPOSA (Poesía)






El viaje a Nueva York

El viaje a Nueva York se convirtió en una obsesión para la niña. Aprovechaba cada  oportunidad para escuchar las historias de sus amigos sobre sus experiencias de vacaciones en la Gran Manzana. Cuando divisaba un avión, se imaginaba montada en ese pájaro enorme en dirección a la ciudad de los rascacielos. Amanda viajó con su tía. Ella le colocó en el cuello una cadena de oro, que su padre le había enviado un tiempo atrás. Su tía la usaba por miedo a que la asaltaran, ya que Amanda siempre correteaba con sus camaradas por las calles del barrio. Era tal la ansiedad, que el día de su partida, Amanda olvidó despedirse de todos sus amigos. 

Amanda se sentía como un pollito sacado de su jaula. Su vestimenta, un poco estrafalaria, la hacía lucir cursi. La modista de su prima, con una tela amarilla de lino, le confeccionó un vestido corto. También llevaba un sombrero de paja rojo. El contraste llamaba la atención de los pasajeros, quienes la miraban de arriba a abajo. En el avión, miraba a todos lados sonriendo con timidez. Desde su ventana las nubes eran bolas de algodón. Las azafatas eran amables y hermosas. Para Amanda, eran diosas griegas. Le dijo a su tía que quería ser una aeromoza y viajar a muchos países. La comida fue como si estuviesen cenando en un restaurante aéreo de lujos. Eran porciones pequeñas pero muy sabrosas (a diferencia de esas papitas insípidas que sirven ahora con una gaseosa). Los tiempos cambian y así vuelven las modas. Otras cosas dejan de existir: Amanda voló en Eastern, aerolínea que quebró a principios de los 90s. Eastern Airlines fue la primera en estrenar el Boeing 757. Durante muchos años sirvió a Walt Disney como su aerolínea oficial.

Aterrizaron en el aeropuerto JFK a las 7:15pm. Hacía un poco de calor, sin embargo, Amanda sintió un frio en los huesos. Hay memorias que quedan grabadas para siempre. Ella recuerda que su padre no fue a buscarla al aeropuerto. Pensaba que él estaría ahí esperándola con los brazos abiertos. Eso la desconcertó. Su madre, sonriente, corrió hacia ella y ambas se fundieron en un abrazo que pareció una eternidad. Las tres -Amanda, su tía y su madre- tomaron un taxi a casa de su abuela paterna en Grand Street; cerca del barrio chino y el puente Williamsburg. Amanda quiso ir sentada al lado de la ventana. Desde que tomaron la autopista su madre y su tía susurraban para que ella no pudiera escuchar la conversación. Imaginó que hablaban de su padre. Mientras avanzaban por la autopista, sus ojos se movían de un lado a otro y pestañaba con un tic nervioso. 

Recorrieron casi 20 kilómetros desde el aeropuerto a la ciudad. A Amanda le llamó la atención la organización de los carriles y los letreros verdes con letras blancas indicando cada salida. Estaba sorprendida de no ver los enormes edificios de la película de King Kong. Cerca delQueensboro Bridge, sus ojos se iluminaron como dos estrellas. Desde allí veía los rascacielos. En ese momento se olvidó de su padre. Con gran euforia e impaciencia quería recorrer las calles de esa ciudad cosmopolita. En la radio, de repente, se escuchó la canción de Madonna "Like a Virgin", y Amanda tararea porque no se sabía la letra ni el idioma. Esa noche la luna resplandecía con un brillo especial. Cuando el taxista tomó la FDR en dirección sur, Amanda vio el Empire State Building; el edificio al que trepa el gorila ciclópeo. La iluminación tenía los colores de la bandera.   

Del aeropuerto a casa de su abuela, Amanda borró a su padre de sus pensamientos. Antes de llegar a su destino fueron a un McDonald enDelancey y compraron un Big Mac. Las tiendas de esa avenida eran conocidas por sus descuentos. En ese barrio la vida nocturna era muy activa: habían muchos bares por doquier. Cuando el taxista estacionó frente al edificio, Amanda notó que su papá tampoco estaba ahí esperándola. ¿En dónde se encontraba y por qué éste no hacia acto de presencia? El apartamento de su abuela era como un mundo barroco. El chinero estaba repleto de cristalerías; copas de todos los tamaños y de distintos colores, cuadros en todas las paredes, un estante con figurines de porcelana. En una habitación había montado un altar con muchos santos y velones.

Al día siguiente, lunes 27 de mayo, hubo mucho revuelo porque era el desfile inaugural del presidente de los EE.UU, Ronald Reagan. Mientras en la calle se escuchaba la algarabía, el padre de Amanda estaba detrás de unos barrotes en Rikers Island pensando en lo que estaría haciendo su hija, que la noche anterior había llegado a vivir en la ciudad de Nueva York y no estar presente le desgarraba el alma.

Por: Yini Rodríguez

Editado por: Ulises Gonzales 
Todos los derechos reservados



"COLIBRÍ DE PAPEL - Poética de a -las de Lata" (Poesía) / HILDY QUINTANILLA OCAMPO



                                                El mismo Camino,
                                                el mismo Encierro
                                                Libertad
                                                temor
                                           La jaula,
                                                una cueva
                                            la jaula es la calle
                                                la misma y única calle
                                          Voltear - Me.
                                          Desconocer - Me,
                                               estirpar "el siempre"
                                          Ocultar
                                          Mutilar...no vivir
                                                        ¿lo quieres así?


                                 
                                                                      ahora que estamos todos, el
                                                                         café circula en silencio
                                                                     y cuesta menos parar un rato.


                                                                     Hablar de ella
                                                                 es una oportunidad
                                                                de muerte con amor.
                                                                  Ella, La Libertad.

18/10/15

JOHNNY BARBIERI - BANDERA DE HEREJES (Poesía)



Dos poemas de "Bandera de herejes"


/ cuatro versiones de Pessoa. enumeración de la anatomía
doce bigotes aleatorios. cuatro heterónimos que se odian. un reloj que acaba de enumerar el instante del fin. dos velas para alumbrar el estallido de tus ojos. trece curvas para salir corriendo de tus colmillos. un ave próximo a ser vuelo disperso. veinte barcos anclados esperando morir. seis cometas que surcan el cielo haciendo  una enredadera de posesos. un árbol sin pulir. un ataúd al borde de su putrefacción. un Pessoa por nacer. varios caminos borrados para andar siempre presurosos hacia la nada.


/opium. un elefante Cocteau
los mismos remeros en torno al abismo. el muro detrás del mundo que se pudre al alborear. aquí la nieve sobre los calderos el elefante de ojos perversos los utensilios insignificantes que se extraen del sombrero. opium. deletereas manos sin dedos que te arrancan el alma que agujerean tus no-cabellos. antielefante. elefante caníbal. Cocteau lleno de ramas muertas lleno de luces que revolotean que reflejan el espectro que te abraza al despertar.





PEDRO LÓPEZ GANVINI - EL CELULAR DEL DIABLO (Narrativa - 2015)







8/10/15

LA FUERZA EQUIVOCADA ( Poesía 2da. Edición ) y - AMORES TONTOS (Narrativa 2da. Edición) / JORGE URETA SANDOVAL

POEMARIO: HOSTIAS DEL MAL / CHRISTIAN RIVERA








POEMARIO

PRÓLOGO A HOSTIAS DEL MAL, DE CHRISTIAN RIVERA


“La poesía se descarna y reencarna con los siglos”, dice uno de los versos de hostias del mal”, poemario de Christian Rivera Rojas. Y es que estamos ante la revelación de una voz que proviene de fuentes clásicas, y que sabe transitar en las distintas temáticas que fundaron la Modernidad en la Literatura Universal. Desde que un francés muy culto se dedicó a desestabilizar el establishment literario de su época, Charles Baudelaire, tocar los calcinantes temas del amor, de la soledad y de la urbe, dejaron de ser problemas idealistas para convertirse en carne y podredumbre: se constituyó una metafísica del mal.

En esta ópera prima de un joven poeta peruano, podemos apreciar un saber acoger las influencias de sus lecturas, tanto como para violentarlas como para resemantizarlas. Pero más allá de su solvencia en el conocimiento de la Tradición poética universal, desde los griegos hasta los beatniks, atravesando el Sturm und Drang alemán y la poesía maldita francesa, tal como sugiere el título del libro, y, aparte de su destreza para manejar los recursos estilísticos y técnicos de la poesis, encontramos en esta poesía una mirada atenta y segura no solo de los aspectos sentimentales del poeta, sino también(y que bien puede articularlos entre los textos) de esas moradas ignotas y escabrosas de la animalidad del desintegrado “ser humano”; es decir, de aquellos avatares tecnológicos en que la humanidad discurre hoy en día.

Como antítesis del mal, quizás la pureza del símbolo católico, encargada en la hostia (asociada al cuerpo del libro, al desborde de poemas),represente esa ilusión que hemos perdido debido a la racionalidad y el pragmatismo que mueve al mundo de hoy; un hoy sin fe ni espiritualidad, en el que,(solo) gracias a unos pocos genios, la tecnología da pie a que el salvaje humano despliegue su irracionalidad disfrazada de futuro, para (servir al) exterminio de la naturaleza, aquella naturaleza que parece que ya hemos perdido: el anhelo de trascender (de todo artista). Pues, ciertamente, hay una denuncia aquí, en esta poesía en donde palpita la rebelión.

Y es que solo las hostias (los poemas: el cuerpo del poeta) quedan en un mundo sin Cristo ni apóstoles.

La poesía se descarna, se cuestiona a sí misma, se autoparodia, se arroja al abismo, por eso mismo, para dar al mundo su grito, su protesta, su lírica visceral y solidaria. Es el abrazo vallejiano, es la máquina sublime de Eielson, es la soñada coherencia de Luchito Hernández y la vox horrísona de Juan Ojeda. El poeta, hoy en día, no hace sino caminar hacia su “desterrada fe/ de oníricas aguas”, a través del tiempo (siempre el tiempo, la conciencia de lo efímero), para hablar por los que no pueden hacerlo (el que ignora lo que ignora, o el que sabe lo que otros ignoran y no tiene palabra). Todo joven poeta es Rimbaud: eso es el “Yo es Otro” del joven poeta de Charleville. Y aquí estamos leyendo a Christian Rivera Rojas, que proviene de la Universidad La Cantuta, vergel de poetas como Cesáreo Martínez, como los poetas del grupo Estación 32.

La Cantuta siempre ha albergado a poetas en eucaristía; allí he sido testigo y amigo de varios grupos que han surgido en estas últimas décadas. El aire es más limpio, el sol más radiante, el agua del Rímac aun transparente, y la conciencia como un espejo de su entorno: clarísimo. Me alegro que la educación, allí, esté muy ligada a la creación, a la liberación de la imaginación, de la crítica y la belleza.

Por eso, quiero dar un saludo, a través de este texto introductorio, al novel poeta Christian Rivera Rojas, autor de Las Hostias del mal, quien es uno de los buenos valores que han aparecido últimamente. Una poesía sin ímpetu no es poesía. Aquí el lector habrá de sentir la explosión de un espíritu pleno de aventura y sediento de conocimiento.

Miguel Ildefonso

Portada del Sol, 2015

24/8/15

PRIMERA FERIA DEL LIBRO EN LOS OLIVOS - Del 14 al 23 de agosto 2015



FERIA DE LOS OLIVOS.- LA FIESTA DE LAS LETRAS 


Y así como empezó se termino HOY DOMINGO 23 DE AGOSTO la primera feria del libro en el distrito de los Olivos, gracias al entusiasmo de dos jóvenes profesionales - Sandra Garró y Santiago - que se pusieron la camiseta de organizar y ganarse todo el gran ajetreo, preocupación de que todo salga bien entre otras cosas, al terminar esta feria solo queda esas ganas de continuar este éxito según mi forma de haberlo visto (claro nada perfecto por que siempre hay cosas imprevistas pero que se pueden arreglar de la buena manera.) 

- Suerte y éxitos a todos los que participamos, a los que conocimos en la feria, y a los amigos de siempre en el mismo camino de las letras.

Aquí algunas fotos de loa primera feria de libro en el distrito de los Olivos

William Gonzáles Pérez.