7/3/20

INVITACIÓN Recital de Poesía - Libros


VIERNES 13 de marzo 2020


- WILLIAM GONZALES PÉREZ (Poesía)
- ANTONIO CHUMBILE (Poesía)
- ALBERTO SÁENZ (Poesía)

Presentación de los Libros:

- SENTIR Y PENSAR
de ENRIQUE SÁNCHEZ RODRÍGUEZ

- GRAL. JOSÉ DE SAN MARTÍN
de ROSARIO DÍAZ RAMÍREZ

Lugar: MUSEO METROPOLITANO DE LIMA
(Cruce de las avenidas 28 de Julio con Petit Thouars)

Hora: De 7:00 pm a 9:00 p.m.

INGRESO LIBRE

Ana Frank: el sueño de volver a la escuela / Sixto Sarmiento



Caminando por las calles del centro de Ámsterdam, entre añejos árboles de alisos que atestiguan y revisten testimonios vivos sobre sucesos trágicos que nunca debieron suceder, llegas a la calle Prinsengracht 263: es “La casa de atrás” donde vivió escondida nuestra valiente niña Ana. Ahora es un concurrido museo llamado Casa de Ana Frank. Para ingresar, lo debes hacer por la calle Westermarkt 20. Apenas cruzas la puerta, sientes conmoción por todo lo que sucedió y te invade una natural indignación.

Eran los años cuando Hitler sometía a toda Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Poco tiempo después del nacimiento de Ana Frank, su familia emigra de Alemania hacia Ámsterdam para vivir a escondidas y escapando del asedio de los nazis. En su nuevo “hogar” lidió con inimaginables problemas e incomodidades; lejos de sus amigas y de la vida normal de una niña de apenas 13 años. Como siempre sucede en la vida, ella encontró un medio para hacer llevaderos largos días de cautiverio: su diario donde registraría las experiencias y peripecias vividas en su escondite. "Espero poder confiártelo todo como hasta ahora no he podido hacerlo con nadie; confío, también, que tú serás para mí un gran apoyo" expresaba con sentimiento.

Escribiría también sus pensamientos y sentimientos y como una buena guerrera nos dejó una lección de jamás renunciar a la libertad. “Lo que yo más deseo es estar en mi casa, poder circular libremente y en fin, ser dirigida en mis estudios, es decir, volver a la escuela”

Después de haber sido descubiertos en su escondite, fueron trasladados a diferentes campos de concentración nazi en Auschwitz y luego a Bergen – Belsen donde moriría consumida por la desnutrición, la tifoidea, sufriendo las inclemencias del crudo invierno de febrero en Europa.

Han pasado muchos años y pareciera que las guerras continúan. Son tiempos difíciles en los que muchas niñas, hombres y familias viven escondidos en su propia casa, en su propia patria, en diversos lugares del mundo. Afinemos nuestros oídos para escuchar el tañer de las campanas y decir como Ana “Afuera todavía hay vida”; es hora de tomar real conciencia de los peligros de la discriminación, el racismo y la exclusión. Nuestra inacción y nuestro silencio lamentablemente nos harán cómplices.


Lima, 7 de marzo del 2020