Vida del hombre
A José en cincuentena.
La vida de un hombre
tiene un rumor parecido al de sus miedos
un diámetro algunos años luz más breve que sus sueños
un matiz donde luchan la dulzura el hedor de la rutina.
La vida de un hombre
queda casi siempre
a prudencial distancia del recuerdo
en sinuosa indulgente vecindad del olvido.
La vida de un hombre
es un racimo de días de la infancia
este vino añejado adulterado
cada noche
trago a trago.
II
Estamos preparados para la muerte
no para esperar la muerte
estamos pertrechados para la lucha
no para abandonar la lucha
nuestro oído creció para el fragor
no para el silencio.
Nunca seremos otra cosa que nuestra voz.
III
No
ni tus papeles
ni tus lágrimas
ni siquiera tu sangre tu semilla
no
otra cosa llevará tu nombre
cuando arrecie
cuando amaine
el furor de los días
Y no será tu fatiga
tu esperanza
tan rotundas
tan íntimas
no será la suma fortuita de los almanaques
no
Tu huella sin perímetro
sin hondura
sin dueño
será el aire
transitando tus horas
tus pulmones
tus calles.
De Tríadas, Amaru, 2009.
La piel
Solo una cosa tenemos para siempre:/las cicatrices de la verdad en nuestra piel./ Lo demás/ son los callos/ los guijarros del día/ erupciones de una pasión efímera/ escoriaciones de una pedrada cósmica que no supo esquivarnos./
El corazón es ciego y sordo/ late/ prefiere no saber nada/ late/ ignora sabiamente/ desde qué tarde le llegará tu ausencia/ a decirle “eso es todo”.
Memorial de Palestina, De las formas del ser
Gaza, diciembre de 2008
De pronto uno puede no existir/ mientras iza las velas de la furia/ y repite en voz alta salmos inmemoriales/ y planea cada paso/ cada tiro/ por enésima muerte/
De pronto/ un instante/ ahora por ejemplo/ uno puede no existir/ con toda la osamenta de un dinosaurio adentro/ y encima una coraza de bulldozer en ristre/ y unas alas flamígeras/ aceradas/ murciélagas/
De pronto uno puede ser el esqueleto/ de lo que fuera un templo/ el hueco donde hasta ayer correteaban los niños/ el agua la ambulancia/ que no llegó o que llegó a destiempo/
De pronto uno puede ser el polvo de sus propios zapatos/ y seguir marchando.
Argentina
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