Piedralaventanaelcielo (Paracaídas, 2011) de Pablo Salazar Calderón (París, 1978) reúne poemas de distintas temáticas (erotismo, existencialismo, la memoria familiar, la urbe, la naturaleza). Tal como la aglutinación sonora, sinfónica, del título, los versos discurren en las páginas con una sutil música capaz de armonizar la esfera de una piedra con la esfera del cielo, a través de la ventana, que es imagen de la portada del libro (de Marcel Duchamp, 1920), y que es el umbral por donde nos asomamos a esta doble dimensión de la realidad, el temporal perentorio y el sublime de las eternas esferas. “Un libro de breve extensión articulado con un lenguaje que explora en sus propuestas una candente manera de apresar la realidad y su entorno”, nos dice Domingo de Ramos en la contraportada. Cabe señalar también la forma proyectiva (en el sentido Black Mountain, Charles Olson) de los poemas, como un cúmulo de figuraciones y proyecciones en constante expansión (cito esta parte de un texto sobre el tema) y contracción: el multiverso, la composición por campos. Aquí un poema:
Yute
No rimo
No fraseo
in game
of voices
No aúllo en francés
Ni sollozo
Rashomon
Bajo la tormenta.
No suelto el topacio
Sobre la arena
No veo a mi desvestido sonámbulo
Entrando a tu traje de luces
¡Soy yute!
Y las mil miserias
Que se arrojan al mar
Al divisar la firma
Atrapado
En esta grasa animal
Solaz
Desde mi continente de bote.
Diario Haiku (Casa Katatay, 2011) de David Collazos (Lima, 1979) empieza con una ficción, se supone, en el que se cuenta el modo en que el autor o compilador halló un maletín con un pequeño cuaderno escrito con haikus, perteneciente a un tal Hikaru. Son las cuatro estaciones del año que transcurren en esta fragmentada y deslumbrante travesía en el diario del poeta. Un ciclo cósmico donde las distintas facetas humanas se ven retratadas en los pequeños o en los amplios elementos de la naturaleza. En este año en que lamentamos la muerte de uno de los más rigurosos y mejores cultores, en el Perú, de esta forma poética japonesa, Alfonso Cisneros Cox, David nos da muestras de la vigencia, la continuidad de una sensibilidad capaz de capturar “lo que está, simplemente, sucediendo en este lugar, en este momento”, como definía al haiku el maestro Bashoo. Aquí cuatro del haijin David Collazos:
sobre la arena
el mar bajo navíos
trae un cangrejo
…
solo garúa
ha logrado atrapar
la telaraña
…
luz de lámpara
pelea de polilla
con su sombra
…
un hombre va
por la neblina es sombra
luego es neblina
1 comentario:
Encuentro en Pablo Santiago ("piedralaventanaelcielo)un forma particular, masculina de tallar los recuerdos y los sentimientos(¿hombría culpa?). Sin dejar de lado una tierna energía.
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