Mundos Adayacentes
A la hora señalada para la cita del domingo, Marcos detenía su paso apresurado frente a la catedral, esperando que Janako apareciera por la puerta de madera del viejo edificio. Miró a la ventana, ella con las manos sacudía sus cabellos húmedos que le caían sobre su redonda cara e hizo una seña y desapareció. Pasaron unos minutos y la puerta se abrió. Con una bolsita marrón en la mano y manteniendo el ritmo cadencioso al caminar, cruzó la calle. Se detuvo frente a él, saludándole con un «hola» que sonó hueco y vacío. Algo aturdido y avergonzado, no intentó ni siquiera darle la mano. Se miraron, y en ese instante el vacío de las palabras se colmó con el acrecentado sentimiento de un tierno amor reflejado en las miradas.
Este es sólo un párrafo de Mundos adyacentes, un libro de cuentos trepidantes escrito por su autor con suma maestría creando una formidable tensión entre lo romántico, lo trágico, lo jocoso y lo fantasioso. Con esta entrega, Manuel Gonzales Saldaña se consolida como un talentoso arquitecto de las letras pues Mundos adyacentes es una ensoñación literaria donde el lector se internará en episodios atrapantes e irá descubriendo personajes divertidos, melancólicos, apasionados, sobrecogedores y de culturas diferentes, que pululan vertiginosamente en un mundo real, bucólico y a la vez místico salpicado de sutil fantasía. Mundos adyacentes es una danza hermosa que atrapará al lector desde sus primeras páginas y lo internará en el universo emocional de sus entrañables protagonistas.
Julián Rodríguez
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