José Guillermo Varga
Maribelina, Lima 2012
Poemas Incluidos en
LA SEDUCCIÓN DE LOS GERANIOS de: Pepe Vargas
RÉQUIEN PARA UN GATO MAULLADOR
El gato negro maulla sabio y viejo
ronroneando vívida vida de gitano.
Gato maula, saltimbamqui y malcriado...
llegó un día sin billete de regreso.
Destino ciego te trajo a mis ventanas, Micifuz
delineando sin cartas ni tarot...
un amor perdido por absurdos.
Como sombra astuta danzas que te danzas
en el jardín pequeño del traspatio.
Es un morrongo atleta y negro como noches
con dos faros de verdísimo primor.
De noche ilumina mis delirios
sabiendo que ciego es el destino.
Pero el gato negro, viejo y sabio, ya no maulla;
el destino que marca horas y cuadrantes
hundió su daga roma en cada verde ojo.
Dígame señor:
¿Aniquilar quisieron el color de la esperanza?
El gato negro, viejo y sabio, ya no maullará:
Selene cubrirá sus senos de oscuras nubes
proclamando con dolor este romance.
El gato negro se ha ido con el alba.
Pericos y ratones también lloran:
enamorados del verdor de sus ojazos.
Algo del gato se ha muerto conmigo...
en las fronteras...(creía que la vida era eterna)
¿Quién hará dúo persistente a mi amada
cuando hable con Selene?
Quién?
Pobre amor:
sin ternura, sin fronteras...y sin gato.
AVISO DESCLASIFICADO 2
Vendo un gato negro
asesinado ayer de sopetón
por sus años -dicen- de vigilias
y de maullar tanto a la luna
o jugar hasta el cansancio
con albos y nimios pericotes.
En verdad no se sabe si murió
de amores o nostalgias.
En cosas de amoríos,
siempre se duda o se mutila.
Aún conserva ojos grandes
cual verdes faros de bahía
y aún salen del pelaje
verdes volutas de humo de esperanzas
y alguna que otra garra no usada.
Vendo un gato muerto
cuya cola aún menea
en terco afán de despedida.
Podría servir de compañía
a los que maullan de sed o de tristeza.
Aviso que le queda tic gracioso
y un mohín desperdiciado
de cuando su ama estaba triste
y ese olor de leña dulce
que robaba del fogón donde dormía.
Aún conserva entre su hocico
geranios azulados y un poquito de manteca.
Apure señor apure,
puede disecarlo y esperar
que en otra vida ronronee
y lo abrigue con ternura.
Uno nunca sabe...
Vendo un gato muerto
especial para un anciano
que lleve un cementerio de recuerdos.
También los gatos muertos sirven
cuando uno vive entre nostalgias.
LA CONSPIRACIÓN
Nuestro amor fue creciendo en secreto, /
como las conspiraciones. /De repente tú, la de todos los días,
/te encendiste como un farol extraño. Carlos Bancayán/ Perú
Te llevo oculta en mis neuronas
cual delicuente que porta un arma criminal
y en mis cartas vivenciales
escribo el parte diario del delito
como hace un General perdida la batalla.
Los conspiradores aman los nocturnos
y apagan las estrellas por ser malas consejeras...
odian los faroles...porque hacen sombras;
apenas un perro chusco de ladrar sonoro
que avise de milicias aparentes
y un Tuco ayacuchano que anunciando vaya
quien se va muriendo de a poquitos.
Repito tu nombre en clave y en silencio
rogando a mi memoria
no exaltarse en tu presencia.
Apareces en visiones de repente
igual a la de los condenados,
y afino mi hocico cuando vienes
sólo a torturar mi olfato con un ramo de geranios.
Los ocultos amores son torturas
y condenas de otras vidas...
dicen los que saben.
He creado mitos, hipócritas sectas
y códigos secretos a que nadie me descubra
las formas de mis labios al besarte en el espacio.
He roto los tímpanos y el martillo
borrando la sonora melodía de tu voz
para no enloquecer antes de tiempo.
Como un viejo murciélago
te detecto en la oscuridad de las distancias.
De noche te recreo con las velas apagadas
y te formo en siluetas en las volutas del cigarro
o cojo tu talle en la cintura de la copa
que nunca beberemos.
Oculto los ojos tras gafas oscuras
como mi conciencia y duermo asustadizo
rogando a ella que nunca te delate
en los gritos de mis pesadillas.
Los ocultos amores son torturas
y condenas de otras vidas...
dicen los que saben.
Cual avezo y delirante delincuente
veo cómo este amor crece
como crecen las conspiraciones.
Duermo con un geranio muerto entre mis labios
colmado de espinas y venenos
y tengo el reloj sonoro de un sereno
con el arma blanca a defenderme
de mí mismo.
Temo que mi conciencia me delate
cualquier día y me asesine
a sangre y fuego
como se hace en las conspiraciones.
No sé si reir o llorar.
Los gerontos delincuentes
también aman.
Pero...los ocultos amores son torturas
y condenas de otras vidas,
dicen los que saben.
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