7/6/09

Auspicioso Inicio del Perú para el Mundo



Con total exito se inició el Primer Encuentro del Perú para el Mundo en el auditorio de La Municipalidad de San Luis. Los poetas del Mundo en el Perú y algunos invitados deleitaron con la lectura de sus poemas. Esto tiene para más, aún faltan tres fechas y el encuentro promete una fiesta por la poesía de lo más importante. Aquí algunas fotos.


La primera mesa: Andrea Cabel, Domingo de Ramos, Leoncio Luque y Alessandra Tenorio

Segunda mesa: Willy Gómez, Héctor Ñaupari, Leoncio Luque (Moderador), Johnny Barbieri y Michael Jiménez

Johnny Barbieri en la lectura

Un poco tarde llegó Roberto Salazar a la lectura

Después de las lecturas, en una foto del recuerdo: Piero Montaldo, Raúl Heraud, Johnny Barbieri, William Gonzáles, Leoncio Luque, Cesar Pineda , Roberto Salazar y Michael Jiménez


DESPUÉS DEL RECITAL UN POCO DE BRINDIS EN LA PLAZA DE ARMAS DEL DISTRITO DE SAN LUIS

Un poco de brindis es siempre bueno después de un recital, aqui los poetas refrescándose con unas cuantas cervezas en compañía de un vecino del distrito de san Luis.


Aquí Melissa Patiño, Piero Montaldo cantautor, Heraud, César Pineda Quilca, Johnny Barbieri y Roberto Salazar



Aquí dando la cara ya Roberto Salazar, y el que no aparece es ahora Piero Montaldo
Melissa Patiño, Raúl Heraud, César Pineda,William Gonzales, Johnny Barbieri y Roberto Salazar.
Y el que toma foto Leoncio Luque.

Una entrevista al poeta peruano Raúl Heraud por César Pineda Quilca



Raúl Heraud y el autor de esta nota


“Siento la necesidad de escribir sobre aspectos que humanizan y deshumanizan al hombre…, no sólo desde una visión catastrófica, sino más bien siendo testigo del caos y la enajenación que encontramos a diario en la calle…, sobre esas tristezas, sobre esos miedos con los que convivimos cada uno de nosotros”.

Por César Pineda Quilca
Para “Cantuta Blues”

Raúl ¿Desde qué edad empiezas a escribir, intensamente?

- No recuerdo cuándo empecé a escribir intensamente, pero creo que antes de los 18 años escribía historietas, poemas, cuentos, canciones. Era una época de descubrimiento, de experiencias que comenzaban a marcar mi vida. En esa época viajé a Brasil, viví cerca de un año ahí, la bossa-nova fue mi primera experiencia, mi primera relación carnal con la poesía, Vinicius de Moraes, Drummond de Andrade me influenciaron en la década de los ochenta, claro, antes lo hicieron Vallejo, Scorza, Machado, Salinas y los franceses.

Una característica en tu poesía es el tema de la muerte ¿Por qué escribir desde esa óptica?

- Recuerdo que de niño tuve una experiencia directa con la muerte, eso marcó mi mundo infantil, conocí la fragilidad humana mucho antes que otras personas, eso hizo a mi parecer que a partir de ese momento viera la muerte caminando en la misma acera conmigo, después el tema de la muerte en mi adolescencia comenzó como una especie de reclamo a la vida, por su fugacidad, por su azarocidad, con el transcurrir del tiempo la temática encontró otros frentes en la filosofía, la religión, la historia, la psicología, etc.

El tema de la muerte es algo que, en particular, Occidente no ha podido resolver de forma conciliadora, yo mismo no lo he podido resolver, por eso, trato de dejar huellas, pistas, acertijos como una forma de liberación, de aceptación definitiva, como diría Robles Godoy: "tratar de hacerme amigo de mi propia muerte".

Noto en tu poesía la presencia de una fuerte carga filosófica. Por ejemplo, hay una constante exploración a la vida, también un duro tránsito de estar caminando cada vez más ante la multitud de nuestro dolor ¿Cómo haces para convivir, exageradamente, con tantos fantasmas interiores?

- He sido siempre una persona espiritual, no religiosa, he tratado durante muchos años de mi vida de encontrar respuestas a mis preguntas, sin embargo, siento que con el pasar de los años tengo más dudas que certezas, es algo que me ha costado asimilar, entender, aceptar, hablo de esto en mis textos, no sólo de lo que me pasa a mí como ser humano, sino también lo que entiendo le pasa al común de la gente, yo lo he visto como psicólogo, está ahí, todo ese dolor a veces dormido, pero cuando despierta es muy difícil de manejar.

Hace mucho tiempo atrás estudiaste en la universidad Inca Garcilaso de la Vega ¿Qué recuerdos tienes tú de ella? ¿Qué grupos literarios existían en ese entonces y quiénes promovían la movida cultural en ese momento?

- Yo estudié en la facultad de psicología en la década de los 90, allí existía poca movida cultural, algunos compañeros y yo creamos un taller de poesía donde la pasamos genial, eran conversaciones y lecturas que hacíamos cuando terminábamos las clases, sacamos una pequeña revista, hicimos una que otra presentación en público pero duró poco, fue así que conocí a otros poetas garcilasinos de otras facultades, ellos ya habían egresado, pero se interesaron por nuestro taller. Jorge Ita Gómez fue uno de los poetas que estuvo cerca nuestro apoyándonos y asistiendo cada vez que lo invitábamos.

Tú eres psicólogo, no es así ¿De qué manera la psicología te ha servido para crear tus poemas? ¿Hay alguna correspondencia entre tu profesión y la creación poética?

- La psicología es un arte como la poesía, la palabra es su herramienta principal, el descubrimiento de hombres vinculados a este campo como Pearls, Freud, Rogers, Ellis, Fromm, entre otros, aportaron en gran medida a cimentar mi filosofía humanizadora, a observar desde dentro de la persona, creo que en esa medida ha hecho más rica mi concepción de la vida y ha nutrido tremendamente mi universo poético.

Eduardo González Viaña refiriéndose a dos de tus poemarios anteriores “"Hecho de Barro" y "Respuesta para tres o cuatro" sostiene que tú eres un poeta metido en la tormenta ¿Qué piensas tú al respecto?

- Siento la necesidad de escribir sobre aspectos que humanizan y deshumanizan al hombre, la violencia psicosocial en la que estamos inmersos, las guerras diarias que el ser humano pelea en su cotidianidad, no sólo desde una visión catastrófica, sino más bien siendo testigo del caos y la enajenación que encontramos a diario en la calle, no es necesario ir a un hospital psiquiátrico para encontrar personas que cargan a cuestas sus fantasmas, escribo sobre esas tristezas, sobre esos miedos con los que convivimos cada uno de nosotros.

No hace muchos años, radicaste en España por cuestiones de estudio. Tengo entendido que la revista “Vulture” sacó una edición con un número completo de tu poesía ¿Cómo se produjo esta publicación? ¿Cuánta diferencia existe en publicar un libro por aquí y por allá?

- Estuve hace algunos años estudiando en la universidad de Alicante, por casualidades de la vida llegó a mis manos una de estas revistas literarias que se editan allá con un tiraje de 25 mil ejemplares, me llamó la atención el hecho de que se distribuyeran gratuitamente en las universidades, bares, centros culturales, incluso en otras ciudades como Valencia, Murcia, Barcelona. Me pareció una oportunidad propicia para llegar al lector español, así que me comuniqué con ellos y tuvieron a bien publicarme.

En España encuentras una editorial en cada esquina, hay lectores para todos los gustos, se lee muchísimo, más que acá, eso no es una revelación, el simple hecho de publicar en “Vulture” me acercó a gente de estos lugares, he recibido cartas de gente que había leído mis poemas en un bar en Alicante o en una universidad en Valencia, eso es tremendo.

¿Cómo surge “El Arte de la Destrucción”? ¿Cuáles fueron los leiv motiv de este poemario? ¿Y qué tanta destrucción hay en ese mundo (in)humano que tú describes en tu poetizar?

- “El Arte de la Destrucción” se escribió en una etapa de mi vida donde sucedieron muchas cosas duras, andaba mal económicamente, no tenía trabajo, entré en un estado de desesperanza total, creo que me volví dipsómano, jajaja, literalmente me autodestruí, el único refugio era la poesía.

El poeta Paolo Astorga en una reseña que hace de tu libro “EADLD” sostiene que tu poemario en mención “nos avienta desde sus primeros versos a un infierno sin idea de retorno”, mientras que el historiador literario y también vate peruano César Toro Montalvo manifiesta que tú eres “un poeta orfebre de la deshumanización del hombre, sartreano y un defensor de la vida” ¿Qué tanto de cierto encuentras en todo esto?

- Soy sartreano y amante de la filosofía de Krishnamurti, shakespeareano desde y hasta Hamlet, nauseabundo como Leopoldo María Panero, no creo en la humanidad, pero abrigo esperanzas como LinYu Tang; creo en Dios, pero no en la iglesia católica, desde ese cúmulo de contradicciones se ha cimentado no solo mi poesía, sino más bien mi vida.

El año pasado fuiste al Festival de Poesía de la Habana donde participaron numerosos poetas del mundo ¿Qué tan agradable resultó esa experiencia y qué otros escritores peruanos estuvieron por ahí, compartiendo su “ars poética”?

- Asistir a un festival poético internacional siempre es una experiencia mágica, en este caso la experiencia en Cuba fue única, el público es diferente, se involucra muchísimo con el poeta, es muy sensible, además el pueblo cubano es muy amical, completamente entregado, hice muchos amigos allá no sólo poetas, sino también estudiantes, músicos, en fin, fue creo la mejor experiencia internacional que he tenido; de los peruanos que asistieron estuvieron Césitar Toro Montalvo, Winston Orrillo. Con ellos compartí algunas mesas de lectura. Fue para mí, aparte de un honor, una experiencia inolvidable.

No quiero equivocarme, pero ¿Cuánto de autobiográfico hay en tu poesía?

- Hace poco conversábamos de ese tema, no soy un autor autobiográfico, algunos de mis poemarios tienen una carga personal, íntima, pero no todo mi trabajo, por ejemplo, mi nuevo poemario “Teatro de la Crueldad” está dedicado a pacientes y amigos, escrito por y para ellos.

¿Qué significa, para ti, ser poeta en el Perú?

- Para mí ser poeta además de serlo en el Perú, creo que involucra muchas cosas, es muy difícil cuando no encuentras un público lector ávido que se interese no por tu trabajo, sino por el trabajo poético en general, vivimos en una sociedad donde la poesía no tiene lugar, los educadores quizá tengan mucha culpa en esto, los políticos sobre todo, siento que no se le da la trascendencia social y humana que tiene el decir poético, su palabra es arma de cambio, sin embargo, cada día se lee menos poesía, se compra menos poesía.

¿Qué escritores han influenciado más en tu creación? ¿Te sientes deudor de alguno(s) en especial?

- Indudablemente que muchos poetas, Cesar Vallejo fue sin temor a equivocarme la principal influencia, sobre todo el Vallejo de “Poemas Humanos”, Manuel Scorza, Eielson, Ojeda, Verástegui son algunos de los poetas a los que admiro mucho y que también influenciaron en mi creación, de los extranjeros los malditos Rimbaud, Baudelaire, la claridad de Eliseo Diego, y el maestro Antonio Machado.

Me siento deudor de muchos poetas que han estado conmigo en los comienzos, Jorge Ita Gómez, Miguel Ángel Guzmán, Antonio Sarmiento, César Toro Montalvo, Winston Orrillo. Agradezco la amistad y el apoyo de los antes mencionados.

¿Cómo ves el rumbo de la actual literatura peruana y qué autores de los nuevos te seducen un poco más de lo normal?

- Yo creo que la poesía actual está viva, los jóvenes están escribiendo y publicando revistas y plaquetas como nunca, conozco grupos que hacen cosas interesantes en universidades, en Lima y provincias, sin embargo, siento que la poesía no tiene un gran público lector. Enrique Verástegui decía hace poco que mientras los políticos no entiendan que el decir poético es importante y necesario para el pueblo la poesía está condenada a volverse sectaria, si es que ya no lo es.

De los jóvenes, sin duda, Paolo Astorga ha demostrado gran madurez en su trabajo como escritor, su temática es actual y su decir revelador cargado de una gran fuerza poética.

¿Qué opinión tienes de la crítica? ¿Te llevas bien? ¿Realmente crees que está cumpliendo con su papel o su deber?

- Realmente no creo que haya un trabajo crítico literario en Perú, ya que nadie se da tiempo para leer en este caso poetas actuales y hacer una crítica a la altura que merece cada trabajo. Este último año he sido testigo de una gran aparición de poetas jóvenes y algunos no tan jóvenes, sin embargo, no encontramos por ningún medio de comunicación nada que se parezca siquiera a un comentario, apenas una nota de tres renglones si tienes suerte anunciando alguna presentación y punto.

En la medida en que los poderosos le quiten páginas y titulares a lo farandulero, al sensacionalismo, a lo intrascendente como gran noticia y que se den cuenta que la poesía es necesaria porque integra, revela y dice, entonces habrá público, lectores, más casas editoriales que apuesten por la poesía y por supuesto más poetas.

Tú llevas varios años en este duro oficio de ser escritor ¿A qué se debe que tus libros no formen parte del exquisito plato de la crítica peruana, sabiendo que tú has sido premiado en la Argentina con el premio “Hermandad Latinoamericana”? ¿Sientes que, de alguna forma, te han relegado, ninguneado u menospreciado?

- Siento que no se dan los espacios a todos por igual, de todos modos sabemos que esto funciona en base a uno de los deportes de la sociedad peruana, el amiguismo, yo te invito y tú me invitas, yo hablo bien de ti y tú haces lo mismo, esa es la filosofía de muchos que están metidos en esto, sin embargo, yo no escribo para los críticos ni para medios.

Una pregunta que se hacen millones de lectores y que tú obligatoriamente tengas que responder en algún encuentro, es la siguiente, a sabiendas que los dos son poetas y familiares a la vez ¿Javier Heraud resulta ser un estigma a quién vencer? ¿Compartes tú esa apreciación?

- De ninguna manera, yo creo que la trascendencia de Javier es inigualable debido a que él vivió un momento irrepetible en la historia de nuestro país. Yo no considero que sea un estigma, siento respeto por su obra. Aunque te aseguro que es un poco incómodo tener que responder a la pregunta si soy sobrino de Javier, la debo de haber respondido en mi vida unas 2 millones de veces.

¿Qué otros proyectos literarios tienes, muy aparte de tus poemarios? Cuéntanos.

- Ahora mismo estoy trabajando con el músico Carlos Alberto Cárdenas la puesta en escena de un trabajo compartido basado en mi poemario “Teatro de la Crueldad”, que incluye video poemas y la musicalización por parte de Carlos Alberto de mis textos de manera especial usando elementos como el beat boxing y la música electrónica, intentamos que esto sea presentado a mi regreso de La Habana.

Hablemos ya un poco sobre tu último poemario “Teatro de la Crueldad” qué está en prensa. Primeramente ¿Por qué este título?, luego, ¿En qué editorial saldrá?

- Es una alegoría sobre la condición humana, basada en que el hombre vive su humanidad en un inmenso teatro que es la vida y que todos los seres humanos somos personajes de esta universal puesta en escena. El título es en honor al maestro Antonin Artaud y saldrá por "AFA editores" que es una editorial peruana que apuesta por la poesía.

¿Por qué y para quién escribes?

- Escribo porque es imprescindible y necesario hacerlo, escribo para mí primero que nada. Lógicamente sé que existe un público lector que puede gustar de tu trabajo, sin embargo, escribo sin pensar en agradar o desagradar al lector.

¿Qué libros estás leyendo últimamente?

- Acabo de leer “El Pez Dorado” de Le Clezio, actualmente estoy leyendo una pieza teatral de Enrique Verástegui titulada “El exorcismo de Bellmer” que apareció en el noveno número de la Revista Hispanoamericana de Literatura de Toro Montalvo.

¿Qué comentario te generan los blogs literarios? ¿Cumplen algún cometido?

Los blogs literarios cumplen con la función de difundir básicamente a los nuevos escritores y las movidas culturales que están ocurriendo ahora mismo en cualquier lugar del planeta, son importantes en la medida de la llegada y difusión que cumplan para promover e incentivar la lectura y el interés por la literatura como ente vivo y activo.

Ya para terminar esta entrevista, dos preguntas más y nos vamos.

¿Qué consejos les darías a los chicos que se sumergen al hermoso mundo de la poesía y la escritura?

- Que si lo van a tomar de forma profesional busquen otra actividad de lucro, porque aquí todo es por amor.

¿Qué es lo más preciado que te ha dado la poesía?

- Definitivamente los amigos, los manuscritos, libros, poemas y poetas que he conocido y leído con gozo y admiración, las enseñanzas que me han dejado cada uno de estas cajas de Pandora y por supuesto la posibilidad de poder viajar y disfrutar de lugares y gente maravillosa en el mundo.

Muchas gracias.

Ate – Vitarte, 11 de febrero del 2009

*Esta entrevista se realizo días antes del viaje del poeta Raúl Heraud a Cuba para presentar su poemario “Teatro de la Crueldad” en la FIL.

6/6/09

XIV FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA EN LA HABANA - 2009


XIV FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA EN LA HABANA - 2009

Por: Johnny Barbieri

Nos había seducido la idea de participar en este importante encuentro internacional de poesía en la Habana, así como conocer Cuba, la grandiosa Isla, y su pueblo generoso. Nos sorprendió su clima, su calor intenso y su lluvia copiosa como jamás se ha visto en Lima. Luego que nos recogiera del aeropuerto nuestra amable amiga Marlene, nos dirigimos al hotel Bruzón. Allí conocimos a algunos poetas cubanos, Leymen Pérez de Matanzas, Jesús Candelario de Cienfuegos, Mariana Pérez, entre otros y, sobre todo, a nuestro amigo mexicano el tabasqueño Aarón Rueda. La magia del festival arrancó el lunes 25 de mayo, para nosotros fue el encuentro con nuestros compatriotas Raúl Heraud, César Toro, Carlos Zúñiga e Hildebrando Pérez. Llegaron así los primeros contactos, las primeras amistades (la más importante la del poeta cubano Alfredo Nicolás).
La ciudad nos encantó, visitamos la plaza de la revolución, el Capitolio, La Habana vieja y tomamos algunas cervezas en el Malecón cantando algunas canciones de la nueva trova. Fumamos un puro cubano, viajamos en la guagua con Alfredo (aunque él solía colarse por la puerta trasera), comimos chuleta de cerdo con arroz amarillo y frijoles negro (que manera de esperar en los restaurantes), por allí no se escapaba mirar algún hermoso cuerpo de la mujer cubana, caminamos, conocimos La Habana caminando, aunque el sol nos jodiera tanto y la lluvia amenazara destapar nuestros zapatos.
Leímos en la Sala Villena de la UNEAC, en el Parque de G y 23, en Cienfuegos, en el Café Neruda frente al mar, en la Casa Simón Bolívar, etc. La jornada poética terminó el domingo 31 con un paseo a Varadero, que hermosa playa a la que entré con el maestro ecuatoriano Cristóbal Garcés, amante del Perú.
En suma un bonito festival, aunque nada es perfecto, todo es perfectible. Nos llevamos de Cuba el cariño de su gente, la hermosura de sus mujeres, lo grandioso de sus ciudades, algunos amigos que conocimos por ahí y la esperanza de que las cosas aún pueden ser mejores.


Los peruanos: Carlos Zúñiga Segura, Raúl Heraud, Johnny Barbieri y César Toro Montalvo

visita:
http://casa-barbieri.blogspot.com/

LA PROEZA DE HAROLD ALVA


¿Alguien busca un editor?
Harold Alva Viale ha publicado un total de 102 títulos con su
editorial Zignos a lo largo de cinco años de intensa labor. Es
decir, dos libros por mes. En un país en que el Estado no demuestra mayor interés por el quehacer cultural, esto es sin duda un gran mérito. Y convierte a Harold en un personaje.

Es sabido que la cultura y todo lo que gira alrededor de ella no ocupa un lugar preponderante en la agenda de nuestros políticos, quienes parecen más interesados en pelearse unos con otros que en ocuparse de asuntos realmente importantes para la vida nacional. Casi no se la menciona entre las decenas de promesas con que los candidatos nos atiborran cada cierto tiempo en las campañas electorales.

El Diccionario de la Real Academia Española define cultura como el "conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial en una época o grupo social". En su segunda acepción, dice que cultura es el "resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio las facultades intelectuales del hombre".

En esta oportunidad entenderemos por cultura a toda aquella manifestación artística y/o intelectual que llevan a cabo determinados individuos y/o grupos de individuos con el fin de plasmar, difundir y debatir ideas, sensaciones, sentimientos o inquietudes personales y colectivas de toda índole.

Sin embargo, si nuestros políticos no demuestran mayor interés en promover el quehacer cultural y artístico en el país, en cambio tenemos personas que, movidas por un genuino amor al arte, cumplen un rol que debieran cumplir los estamentos públicos.

Harold Alva (Piura, 1978) es una de esas personas. Desde abril del 2003 hasta marzo del 2004 fue representante del Fondo Editorial Cultura Peruana a través del cual promovió Perú Lee, una colección de literatura peruana cuyos libros eran vendidos a un nuevo sol. En mayo del 2004 fundó Editorial Zignos, sello con el que ha editado hasta la fecha 102 títulos.

Entre sus autores figuran Javier Valle Riestra, Ricardo González Vigil, Arturo Corcuera, Luis Alfonso Morey, el español Justo Jorge Padrón, los chilenos Oscar Saavedra, Héctor Hernández Montecinos y Felipe Becerra, el guatemalteco Alan Mills, los mexicanos Alejandro Tarrab, Estrella del Valle y Abril Medina, y el ecuatoriano Ernesto Carrión, entre otros.

En 1998 publicó el primer libro de poesía de propia autoría y desde entonces van seis. Este año ha sacado su primera novela, Burdel (Altazor, 2009). Es el director del Festival Latinoamericano de Poesía País Imaginario. Ha publicado además las antologías de poesía Los Diez (El Santo Oficio, 2006), 18 Poetas Latinoamericanos (Zignos, 2006) y Literatura de Piura (FECP, 2007).

Sus poemas han sido traducidos por Anthony Seidman para The Bitter Oleander (New York) e incluidos en diversas antologías. Ha participado en festivales de poesía en Chile, Guatemala y El Salvador. Actualmente prepara el II festival de Poesía País imaginario y la edición de Cosmological Me, del poeta chileno radicado en Estados Unidos, Luis Correa-Díaz.

HAROLD ALVA EN SUS PROPIAS PALABRAS

¿Qué dificultades ha encontrado al momento de editar y publicar libros?

Son varias, pero una de las principales es la ausencia de lectores. Antes creía inocentemente que el peruano no leía por el precio de los libros. Con una mayoría preocupada por satisfacer necesidades urgentes, parecía obvio que el libro se convirtiera casi en un objeto de lujo. Pero después me di cuenta de que se trataba más bien de la ausencia del hábito de leer.

No es la única dificultad que Harold ha hallado en su camino de editor. Otra es el sistema de distribución de los libros. Las librerías grandes están concentradas en vender títulos y autores que se promocionen bien y que de manera previsible se puedan vender, independientemente de la calidad de su contenido.

¿Por qué cree que suceda esto?

Las librerías son empresas y como tales deben vender libros para sostenerse. Esto es normal. Pero también sería recomendable que de vez en cuando apostaran por autores que no tienen la difusión de los autores mediáticos que en algunos casos son inventados por las grandes transnacionales. Yo no me trago el cuento de que, por ejemplo, Gisela Valcárcel haya escrito su biografía. Es un personaje que vende, pero ella no ha escrito ese libro. Ahora mismo, Magaly Medina, Angie Jibaja, ¿escritoras?

Una tercera dificultad que Harold considera relevante es el papel que juegan los medios de comunicación como difusores de la cultura. La prensa casi no dedica espacio para la literatura, salvo las páginas especializadas. En la radio y en la televisión el panorama tampoco es alentador. Harold lo toma con cierto ácido humor.

Tendrías que ser hermano de Jaime Bayly para que te entrevisten en la televisión. Y en el canal del Estado, con suerte Hugo Neyra comenta un libro en los cinco minutos que tiene en Presencia Cultural, y Marco Aurelio Denegri analiza clínicamente al libro.

¿De qué manera podría apoyar el Estado la difusión de la cultura?

El Estado, llamado a ser el gran promotor cultural, debería primero preparar una política cultural. Increíblemente, no la tiene. Han pasado tres años de gobierno y el presidente (Alan García) ni siquiera ha tenido un gesto que demuestre que el tema le interesa. Recuerdo su campaña del 2001, cuando se comprometió a entregarle a la juventud el canal del Estado para que hiciera programas culturales y artísticos.

Nada de eso sucedió. ¿Ahora qué tenemos en el 7? Transmisiones de los 'compañeros' en el Congreso. García mañana, tarde y noche. Noticias parcializadas. Lorena Caravedo con Nicolasa. Incluso se levantó Vano Oficio, el único programa de literatura que había en el Perú.

La molestia de Harold es compresible. Hace meses e incluso años se habla de la creación de un Ministerio de la Cultura que resolvería las deficiencias del Estado a ese respecto. Se levantaron voces a favor y otras en contra. Un Ministerio de la Cultura traería más burocracia, decían unos. Habría por fin un representante con rango ministerial ocupándose del trabajo intelectual y artístico en el país, afirmaban otros. Harold Alva también tiene su opinión, desde luego.

Alguna vez alguien me convocó para que reuniera a un grupo de intelectuales jóvenes con el objetivo de preparar y presentar un plan que esbozara los lineamientos de este ministerio. Supongo que las libertades que exigimos no le gustaron al emisario, porque nunca volvió a llamarnos. Ahora sé que el tema se trata a puerta cerrada. Imagino que, si se aprueba, la noticia será una sorpresa, sobre todo para quienes sí estamos realmente involucrados en promover la cultura. Será casi tan sorprendente como cuando se anuncie la inauguración del Museo de la Literatura, de cuya gestación también tengo conocimiento.

¿La gente en el Perú lee?

La gente en el Perú, seamos sinceros, no lee. Por eso el Estado está obligado a organizar una gran cruzada para sembrar el hábito de la lectura no solo en nuestros jóvenes sino en todos los peruanos. Hace seis años participé en una cruzada por la democratización y la masificación del libro (Perú Lee), y en un mes y medio logramos vender, al precio de un nuevo sol, 150,000 ejemplares de literatura peruana.

Esta iniciativa, que debió tener el apoyo de las autoridades estatales o de alguna empresa privada, fue sofocada al poco tiempo. Nadie nos apoyó. Las municipalidades, a excepción de Los Olivos, Magdalena, Comas y Trujillo, en vez de facilitar alguna de sus plazas públicas para fortalecerla, prohibieron los permisos para continuar.

Por otra parte, Harold considera que sí existe una "movida cultural" en Lima. La movida del Centro de Lima, con los poetas que se reúnen en el bar Yacana del jirón de la Unión. La movida de Barranco y los recitales de poesía que se hacen de vez en cuando en los bares culturales La Noche, Mochileros o el Sancho Panza. Sin embargo, lamenta que poetas y escritores adolezcan de un común denominador que los articule y que constituya "la gran movida".

Nadie hace nada por constituir un movimiento que los agrupe y legitime sus derechos. Los del Frente Nacional de Escritores están peleados con quienes tienen contactos en los medios. Estos no están enterados de la existencia del Frente. Se trata de una cadena de contiendas que quizás sea el motivo debido al cual el Estado no se interese por definir políticas culturales. Yo prefiero mantenerme al margen de todo esto.

¿Qué autores prefiere?

Crecí leyendo a Dumas, a Gorki, a Kafka. Me enamoré de la novela con Víctor Hugo. Aprendí a escribir poesía con Artaud, con Sexton, con Westphalen. Me gustan los autores de vidas extremas. Supongo que inconscientemente cada uno escribe su propia leyenda. Aunque a veces prefiero a los filósofos en vez de Lorca o Alberti. Me quedo con Sartre, Jasper, Heidegger o Bobbio, por ejemplo.

Harold dice que no gana dinero editando libros, pero que alguien tiene que hacer esa tarea. Afirma que es feliz ejerciendo su rol de puente. Sin proponérselo, ha editado 102 títulos. Está terminando de corregir su segunda novela y escribiendo, además, "La tristeza del Zorro Plateado", una novela inspirada en la vida de su padre: "un policía de los antiguos, un código uno, un hombre para quien el honor sí era su divisa".

Después de un año ha retornado a la dirección de Zignos, satisfecho porque en esos meses ausente, Flor Béjar, quien se quedó a la cabeza, editó, entre otros, "Bagual", el libro del Premio Roberto Bolaño de Novela de Chile 2006, Felipe Becerra.

También tiene listo "Post Mortem", su último poemario. Además está trabajando en lo que será el II Festival de Poesía País Imaginario. Por si fuera poco, editará 17 libros de 17 de los poetas jóvenes más representativos de América Latina. ¿Qué vendrá después de eso? Harold sólo sonríe, pero es fácil adivinar. Libros. Más libros.

BURDEL

¿De qué trata Burdel?

Burdel narra la historia de dos jóvenes abogados que participaron en las marchas contra Fujimori, los años 99 y 2000. Una vez caído el régimen, ambos intentan hacer política y en el camino recorren el lado oscuro de los partidos, el canibalismo de las cúpulas y de los grupos de poder, entre otras cosas. En un momento de la historia, Rodrigo, uno de ellos, se convierte en emo, esos chicos de aspecto triste. Esteban, el otro, se transforma en un sujeto oportunista y frío, a quien poco le importa lo que suceda con el país. Se trata de dos víctimas de nuestra sociedad. La historia es narrada por Máximo Vitale, amigo de ambos y personaje principal de "Asesino", la novela que en este momento sigo corrigiendo.

¿Se podría decir que Burdel es una novela política?

Sí. Se podría decir que es una novela política, pero no solamente una novela política. Creo que tiene otro tipo de ingredientes particulares que aporta cada personaje. Hay amor, deseo, algo de violencia, cinismo, en fin. Tendrían que leerla.

¿Cómo ve el actual gobierno de García?

Este gobierno necesita comunicar mejor lo que está haciendo. Si bien es nulo en política cultural, sería injusto afirmar que económicamente estamos mal encaminados. Le quedan aún dos años en el poder. Afortunadamente no estamos ante el típico presidente candidato. Sin embargo, algo huele mal en su círculo. Huele demasiado a (Agustín) Mantilla. Creo que la población necesita un gesto. Si no, se les deja la cancha limpia a Keiko (Fujimori) y al candidato antisistema.

¿Se refiere a Humala?

Sí.

¿Cómo vislumbra el panorama electoral a dos años de la campaña?

Deprimente. Aunque estoy convencido de que Ollanta no ganará, temo que Keiko sí lo haga. Sería absurdo que ganase alguien cuya única propuesta es indultar a su padre, alguien que representa el latrocinio contra el que salimos a protestar los años de la corrupción.

Es urgente hacer algo para impedir que Keiko gane. No creo en las encuestas. No creo que solo tengamos a Castañeda, Ollanta, Lourdes o Keiko. El Perú tiene y merece otras opciones. Hay que trabajar en ellas. Los peruanos responsables estamos hartos de presenciar cada cinco años el mismo circo electoral. Es hora de asumir nuestros deberes ciudadanos y hacer algo para que la catástrofe no suceda.

EXTRACTO DE BURDEL 3

El Scarlet�s fue la zona de movimiento adonde lo condujo el taxista. Dejaron atrás la vieja Lima. Ingresaron por la panamericana norte hasta el óvalo Naranjal. Esteban miraba sorprendido lo enorme de esta ciudad a la que arribó hace algunos años. Era curioso, escogió Lima por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, quería egresar de allí y destacar como abogado; ahora, a sus treinta y tres, cubiertas sus expectativas, intentaba escapar a cualquier acción que tenga que ver con el derecho.

El auto se detiene frente a un edificio en cuya fachada había un cartel con la imagen de Maribel Velarde, la vedette que durante la última semana fue portada de los diarios chicha. Recordó al gordo con quien la involucraban. Baja del taxi. Se detiene en la puerta. Enciende un cigarrillo, inhala, coloca la mano izquierda en su cintura y otra vez observa el cuerpo de la vedette, la imagina practicándole un felatio. Exhala.

Uno de los miembros de seguridad le indica detenerse, el otro lo revisa, tá limpio, le dice, apague su celular, cancele en caja, Esteban se acerca a la ventanilla, Veinte soles, incluye un trago de cortesía, sonríe. Incluye un trago y un condón de cortesía. Adelante, una puerta de dos hojas lo separa del paraíso. Está a punto de empujarla, de pronto, sobre el vidrio, aparece el rostro de su mujer, voltea, mira el pasadizo, sabe que no es Betty, cierra los ojos, empuja con fuerza, los abre. Adentro, un ejército de sensuales anfitrionas, le da la bienvenida.

La barra está a su derecha, pide un cuba libre. Hay dos escenarios, al fondo, en el grande, una chica se desnuda haciendo acrobacias en el table; en el otro, dos féminas de pie, están inmóviles, como estatuas. El local está lleno. No hay mesas. Se instala contra la barra. Fue por una crónica, no saldrá de allí hasta registrar algo memorable.

Pidió otro cuba. La última vez que pisó un nigh tclub fue en Trujillo, tenía 19 años. Con su amigo, el Dr. Guerra, eran asiduos visitantes del Bagdad, del Manhattan, delBurbujas, del Start Light. Recordó la noche en la que casi llora en la oficina del administrador del Manhattan. El Dr. le dijo que invitaría la entrada y solo el primer trago, pero Esteban se emociona con el lomo arequipeño que se sienta sobre sus piernas y, olvidándose de la advertencia, feliz porque le sacó el teléfono, pidió más de la cuenta. Con su cara de lorna le suplicó al Dr. que le preste algo de efectivo, ante la negativa, fue donde el administrador para empeñarle su carné universitario. Previa puteada y después de jurar que nunca más se excedería, Guerra pagó la cuenta.

Al día siguiente, marca el número que le dio la arequipeña ¿Quién contestó? Obvio: la operadora de la perrera municipal.

Ahora estaba en otro escenario. Otro contexto. Nada que ver con la avenida América Norte, esto era Los Olivos, el emergente distrito que cobija en sus entrañas varios puteríos. Bebe otro sorbo, apaga el cigarrillo. Sus ojos se detienen en la figura de una hembrita salida de algún western. Ahora la ve nítida. Usa sombrero, un pañuelo rojo cubre su cuello, le ha hecho un nudo a la camisa a la altura del abdomen, el pantalón se pierde dentro de las botas. Lo mira mordiéndose el lado derecho del labio inferior. Le hace un guiño. Pasa a su costado. Lo pellizca. Esteban reacciona, voltea, la sujeta del brazo.

Siéntate, le señala el banco al lado de la barra. Ella otra vez muerde su labio. Acepta. Él la mira extasiado, la compara con Betty, su mujer es una reina, sin embargo, nueve años aplicándole, fueron suficientes para herirles el deseo. Esa zorrita es carne nueva ¿Cómo te llamas? Acariciándole la mejilla. Diana. Le retira disimuladamente la mano. Esteban entiende su reacción ¿Qué vas a tomar? Ella de nuevo sonríe, acaricia el cuello de su camisa. Una piña colada. Había decidido levantarla.

Le pregunta su precio, pero, antes que le responda, un enano vestido elegantemente, le señala una mesa. La reconoce: es Rubí Carbajal, otra vedette, caserita de los programas de farándula. Está sola. Rubí lo saluda, le envía un beso. Dice que se va contigo por 250 lucas cholas. Trasmite el enano. Esteban no sabe qué responder. Rubí Carbajal es un hembrón, piel blanca aporcelanada, a él que le fascinan las blancas, pelo largo, con rizos, casi rojo. Estaba con la pierna cruzada, inclinada hacia adelante, obsequiándole un panorama de su escote impresionante. Las medias de nylon con cuadritos, los zapatos taco quince, los guantes cubriéndola desde los codos: la alucina una estrella porno.

60 soles, la media hora, sin apuros, contesta Diana. 180 y se va contigo. El enano. Acaba el cuba. Enciende otro cigarro. Mudo. ¿Vamos? La zorrita con tono de cojuda.Esta es tu noche, huevón, cien y es tuya. Esteban como un autómata le entrega las cien lucas y camina hipnotizado. Rubí se pone de pie, lo toma de la mano y desaparecen por el pasadizo al otro lado de la puerta. Imbécil, le dice la zorrita. El enano coge la piña colada. Mira a la chica del table. Ríe. Se felicita por su hazaña.

por Cristian Velasco |

4/6/09

La historia de un ojo morado---García Márquez, Vargas Llosa

Se acuerdan de esto:

La historia de un ojo morado

Posted in García MárquezVargas Llosa by editorjc on 8 Marzo 2007
 En 1974 Mario Vargas Llosa le dio un puñetazo a Gabriel García Márquez, cuando éste se le acercaba para saludarlo con un abrazo. Narración hasta ahora inédita contada por al autor de la foto.
Rodrigo Moya
Tal vez Gabriel García Márquez sea el más popular de los mortales, porque es asombrosa la cantidad de gente que en una reunión o fiesta cualquiera se refiere al escritor como ”el Gabo”, como si lo conociera de toda la vida o fueran primos hermanos del premio Nóbel.
Algunos hasta hablan de él como “el Gabito”, pero en más de una ocasión he descubierto a ciencia cierta que dicha familiaridad es ficticia, y que quienes lo tratan con tal confianza quizás lo han leído de cabo a rabo, pero nuca han cruzado una palabra con él.
Mi madre, Alicia Moreno de Moya, sí que podía referirse a Gabriel García Márquez y a Mercedes Barcha, su esposa, como amigos muy cercanos, y referirse a él como mi Gabito o Gabo de mi alma, y a Mercedes como Meche linda, o mijita linda, y en medio de cualquier diálogo soltar un ¡eh Ave María!, o unos más contundentes carajos y varios pendejos, que a veces eran de cariño, y a veces simplemente una especie de sustantivo o calificativo de difusas connotaciones.
Y es que Alicia era una colombiana de Medellín, una antioqueña de pura cepa, una auténtica paisa, como la definía el propio García Márquez. El y Mercedes la querían como una de los mejores representantes de la colombianidad en México, por allá a principios de los años 60 del siglo pasado, cuando lo conocí en aquella casa de mi madre que era una especie de embajada paralela de Colombia en México, cuando la oficial estaba ocupada por los militares de la dictadura en turno.
En alguna de aquellas fiestas de intelectuales y artistas de destinos aún inciertos, el tal Gabo no me cayó muy bien que digamos. En plena reunión él se tendió en uno de los largos sofás, la cabeza apoyada en el brazo acodado, y desde esa posición como de marajá aburrido sostenía escuetos diálogos, o emitía juicios contundentes o frases entre ingeniosas y sarcásticas.
Estaban aún lejos Cien años de soledad y el premio Nóbel, pero el paisano de mi madre se comportaba ya con una seguridad y cierta arrogancia intelectual que no a todos agradaba. Poco después leí La hojarasca, y luego Relato de un náufrago, y El coronel no tiene quien le escriba, y todo lo que escribiría a lo largo de los siguientes casi 50 años, y entendí entonces porqué aquel tipo de bigote y gestos como de fastidio y pocas pero contundentes palabras como de frases célebres, podía recostarse en el sofá en medio de una ruidosa tertulia y decir lo que le viniera en gana.
Por aquellas tertulias en la casa materna fue que tuve cercanía amistosa con García Márquez, con Mercedes y sus hijos adolescentes, Rodrigo y Gonzalo. Yo sí tenía el derecho de llamarlo Gabo, pero nunca llegué a llamarlo Gabito, pues de alguna manera lo he visto como un gigante al que no le van los diminutivos. Siendo fotógrafo y amigo, no le pedí alguna vez que posara para mí, y cuantas veces los visité en su casa fue sin la cámara en el hombro. Ahora tal vez me arrepiento.
Por eso, fue natural que el 29 de noviembre de 1966 el Gabo apareciera por mi apartamento en los Edificios Condesa para que le tomara algunas fotografías para ilustrar la solapa o la contraportada del libro que había terminado después de dos años de trabajo, y estaba ya en manos de los editores. Llegó acompañado de nuestro mutuo amigo Guillermo Angulo, quien había sido mi maestro, pero en esos años trabajaba como cónsul de Colombia en Estados Unidos.
El saco que había escogido Gabo para aquella sesión era despampanante, y estuve tentado de sugerirle mejor una foto en camisa arremangada o prestarle una de mis chamarras, pero usaba la prenda con tal naturalidad que adiviné que la amaba y así las fotos se hicieron a su manera. La foto era para Cien años de soledad, cuya edición se preparaba en Buenos Aires. Pero nadie sabía, quizás ni él mismo, lo que ese título significaría en la historia de la literatura.
Casi 10 años después, el 14 de febrero de 1976, Gabriel García Márquez volvió a tocar el timbre de mi casa, ya por distintos rumbos, en la colonia Nápoles, para que le tomara otras fotografías. Esa vez lo notable no era el saco de cuadritos, sino el tremendo hematoma en el ojo izquierdo y una herida en la nariz, causada por el puñetazo que dos días antes le había propinado su colega y hasta ese momento gran amigo Mario Vargas Llosa.
El Gabo quería una constancia de aquella agresión, y yo era el fotógrafo amigo y de confianza para perpetuarla. Claro que pregunté azorado qué había pasado, y claro también que Gabo fue evasivo y atribuyó la agresión a las diferencias que ya eran insalvables en la medida que el autor de La guerra del fin del mundo se sumaba a ritmo acelerado al pensamiento de derecha, mientras que el escritor que 10 años después recibiría el premio Nóbel, seguía fiel a las causas de la izquierda.
Su esposa Mercedes Barcha, quien lo acompañaba en aquella ocasión luciendo enormes lentes ahumados, como si fuera ella quien hubiera sufrido el derechazo, fue menos lacónica y comentó con enojo la brutal agresión, y la describió a grandes rasgos: En una exhibición privada de cine, García Márquez se encontró poco antes del inicio del filme con el escritor peruano.
Se dirigió a él con los brazos abierto para el abrazo. ¡Mario…! Fue lo único que alcanzó a decir al saludarlo, porque Vargas Llosa lo recibió con un golpe seco que lo tiró sobre la alfombra con el rostro bañado en sangre. Con una fuerte hemorragia, el ojo cerrado y en estado de shock, Mercedes y amigos del Gabo lo condujeron a su casa en el Pedregal.
Se trataba de evitar cualquier escándalo, y el internamiento hospitalario no habría pasado desapercibido. Mercedes me describió el tratamiento de bisteces sobre el ojo, que le había aplicado toda la noche a su vapuleado esposo para absorber la hemorragia. Es que Mario es un celoso estúpido, repitió Mercedes varias veces cuando la sesión fotográfica había devenido charla o chisme.
Según los comentarios que recuerdo de aquella mañana, mientras ambas parejas vivían en París los García Márquez habían tratado de mediar los disturbios conyugales entre Vargas Llosa y su esposa Patricia, acogiendo sus confidencias. Como suele suceder, los consejos o comentarios de la pareja colombiana rebotaron hacia Vargas Llosa cuando éste volvió al redil y se reconcilió con su esposa.
Y lo que sea que se hubiese dicho o sucedido, el caso es que el peruano se sentía gravemente ofendido, y su furia la resolvió de aquella manera expedita y salvaje. Guarda las fotos y mándame unas copias, me dijo el Gabo antes de irse. Las guardé 30 años, y ahora que él cumple 80 años, y 40 la primera edición de Cien años de soledad, considero correcta la publicación de este comentario sobre el terrorífico encuentro entre dos grandes escritores, uno de izquierda, y otro de contundentes derechazos.


* Rodrigo Moya nació en Colombia en 1935 y se naturalizó mexicano. Es uno de los fotógrafos más importantes en la historia contemporánea. Entre su trabajo destaca la documentación de los movimientos guerrilleros, incluido un libro con material hasta aquel entonces inédito de fotografías del Che Guevara, y su colaboración con Salvador Novo en trabajos de crónica urbana
Nota: Tomado de el diario La Jor

2/6/09

Poemas de: JOSE LUIS RAMOS FLORES


Aqui les dejo al poeta José Luis Ramos y tres poemas de su autoria esperando disfruten del variado matiz de sus letras, desde lo prufundo de su alma y la tierra de Puno.

Aqui estan sus recuerdos - su resistencia por la poesía y el surgir de los pueblos.

Saludos poeta.

 W.G.P


¿EL POETA MORIRA?

¡He visto morir!

Aún laten sus sandalias

¡No ha muerto!

Adulciga  el monocorde latir

Del incólume verso empuñada

En el camino larval,

Ata las lilas por venir

Un llanto un poeta

Abatiré los ultrajes

Desde los fragmentos

De la ribera humana,

Hunde tus cenizas

Olvida el sarcasmo del olivo

Antes de arrancar tus días

¡Poeta Jalquino mi existencia!

Por ti la lluvia emprende

Su marcha final.


Watanabe de piedra

¿Cómo disolver la piedra

Alada de watanabe?

Si de la mantis religiosa

Brota un algarrobo

En madrugadas  de Abrahán

¿Por qué buscar 

A los inmortales de Li Tai  Po?

¿Por qué pintar

 A las oropéndolas

Con alas cortadas por la lluvia?


Mujer indígena


Exiliados nuestras primaveras

Cayeron pausadamente en el olvido

 

¡Mujer indígena, de corpiño virginal!

Se abren tus huellas de polinesia

Apaga mi fogón al amanecer

Si aún anidas tu mirada de miel.

 

¿Cómo saber el destino

De nuestras golondrinas?

Si sucumbió  abatido

Ante tu mirada triste y vacio

 

Cabalgamos el intenso fuego

Hasta abrir el infierno del amor

Mariposa de ceniza amargo

Echare mis velas  del adiós.


JOSE L. RAMOS FLORES 

quechua aymara, lampa, Peru

Para saver más hacerca del autor visita:

http://zorrosdearriba.blogspot.com/